No se lo digan a nadie

NO SE lo digan a nadie pero en los chats del Poder Judicial se comenta que en la Suprema Corte se alista la decisión final sobre la Ley Bonilla, esa con la que Jaime Bonilla pretende agandallarse tres años más la gubernatura de Baja California.

HACE apenas unos días, el ministro Fernando Franco cerró el periodo de instrucción del proceso, durante el cual se desahogaron siete acciones de inconstitucionalidad que fueron interpuestas contra la reforma que benefició al morenista.

Y AUNQUE la elaboración del proyecto podría extenderse dos meses, hay quienes afirman que antes de Semana Santa podría ser presentado ante el pleno -¡agárrense!- proponiendo echar para atrás el bonillazo, con lo que el mandatario se quedaría en el cargo sólo los dos años para los que fue elegido.

ANULAR la Ley Bonilla requerirá el voto de ocho de los 11 ministros de la Suprema Corte. A ver si es cierto...

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DA LA IMPRESIÓN de que Andrés Manuel López Obrador ahora sí ya se compró el iPhone 21, pues el fin de semana subió 11 videos a sus cuentas de redes sociales. Y qué bueno que documenta de esa manera sus giras, el asunto es que está haciendo tooodo lo contrario de lo que está pidiendo la Secretaría de Salud para atenuar los contagios del coronavirus.

DA LA IMPRESIÓN de que la gira y la difusión de las imágenes tienen el objetivo de levantarle el ánimo al Presidente, más que dar la idea de que la vida siga pese a la pandemia. Resulta interesante ver cómo tras su caída en las encuestas, se le dio amplísima difusión a sus encuentros con la gente, a los besos, a los abrazos, a las porras. Y, de paso, sus porristas aprovecharon cada video para alabarlo como un hombre culto, como un valiente, como el Presidente del pueblo.

SIEMPRE lo ha dicho López Obrador: es terco y obstinado y así fue cómo logró llegar a la Presidencia. La pregunta es si esa terquedad servirá de algo para enfrentar una crisis de salud pública. Es como si viviéramos en una novela de Mario Vargas Llosa... todos los días.

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CUENTAN que los hermanos Felipe y Daniel Romero Siekman andan muy activos en la política, pero no en la mexicana. Como una especie de consultores, formaron parte del equipo que llevó a la Presidencia de Guatemala a Alejandro Giammattei.

DICEN QUE su papel fue conseguirle hartos recursos al candidato derechista. Lo que no se sabe es bien a bien cómo le hicieron. ¿Será que se apoyaron en los contactos de su padre, el diputado y ex gobernador Juan Carlos Romero Hicks? Es pregunta.