LA designación de Rosa Icela Rodríguez

LA DESIGNACIÓN de Rosa Icela Rodríguez confirma -por si algún despistado tenía dudas- que para el Presidente importa más la lealtad política que la capacidad profesional. Tan es así que la propia funcionaria se enteró de su nombramiento apenas unos minutos antes.

NO ES que Alfonso Durazo haya sido un Eliot Ness en eso de combatir a los delincuentes, pues en realidad deja el país peor de como lo recibió. Pero por lo mismo se esperaba un perfil, sí civil, pero con mucha mayor preparación y trayectoria al frente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Sobre todo cuando el tema de la inseguridad es una crisis que no conoce ni pausa ni freno.

NADIE niega las dotes profesionales para la concertación política de Rodríguez, ni su historial en los temas de atención ciudadana y de desarrollo social. Pero un buen cocinero no necesariamente es un buen marinero, aunque vayan en el mismo barco.

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POR CIERTO que en esto de los repartos del poder, hay quienes dicen que la llegada de Rosa Icela Rodríguez es una compensación para Claudia Sheinbaum, luego de que su grupo perdiera la dirigencia nacional de Morena a manos de Mario Delgado, al que se ubica del lado de Marcelo Ebrard y de Ricardo Monreal.

HABRÁ que ver si los próximos movimientos en su equipo confirman que el Presidente está usando los cargos como moneda de cambio entre los grupos morenistas. Por lo pronto, hay quienes dicen que se le ve a Tatiana Clouthier muy contenta y a Olga Sánchez Cordero un poco taciturna. ¿Por qué será?

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SI USTED tiene una calabaza, se la quitan sus amigos, se la comen y sólo le devuelven las semillas... ¿se puede decir que ya está usted recuperando su calabaza? No, ¿verdad?

RESULTA CURIOSO que el Presidente festeje como un logro más de su gobierno el "crecimiento" del 12 por ciento del PIB en el tercer trimestre del año, según las cifras del Inegi. En especial porque a AMLO se le olvida el pequeño detalle de que la caída en el último año ha sido tan profunda que, hoy por hoy, la economía está en números rojos en un 8.6 por ciento. Es decir: sigue lejos de recuperar lo perdido y, por ahora, habrá que mantener la foto del PIB en el altar de muertos.

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A LA fiesta de Halloween de la 4T, Raquel Buenrostro, titular del SAT, fue disfrazada de terrorismo fiscal. El general Luis Cresencio Sandoval se puso el traje de Bob El Constructor. El que más sustos causó fue Santiago Nieto, pues en lugar de disfraz llevaba algunos expedientes bajo el brazo. Y los gobernadores aliancistas se vistieron de penacho de Moctezuma, por aquello de que en el presupuesto salieron desplumados.