¡AH, CARAY!
¡AH, CARAY! En la Secretaría del Medio Ambiente están trabajando duro para evitar la extinción, no de la vaquita marina, sino de la actual dirigencia de Morena.
SEGÚN lo que se comenta en la dependencia, el subsecretario Julio Trujillo Segura estaría movilizando tanto personal de la Semarnat como de la Conagua, además de condicionar recursos, a fin de conseguirle apoyos al grupo de Yeidckol Polevnsky. ¿Y por qué tantas atenciones? Pues tal vez porque la pareja del funcionario, Carol Arriaga, es la titular de la Secretaría de las Mujeres del partido y, obviamente, si reeligen a su jefa, ella también amarra hueso.
EL ACTIVISMO de Trujillo Segura ya comenzó a provocar molestia entre las otras tribus morenistas que también laboran dentro de la Semarnat. La fractura entre estos grupos es una realidad, lo que amenaza inclusive el trabajo de la dependencia, mientras el secretario Víctor Toledo parece no darse cuenta de lo mal que está el ambiente en Medio Ambiente.
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ALGUIEN debería avisarle a la ministra Yasmín Esquivel lo que andan haciendo algunos de sus colaboradores en la Suprema Corte de Justicia.
EN VAAARIAS áreas administrativas se han llevado la sorpresa de que los miembros del equipo de la ministra llegan, sin el menor pudor, a pedir plazas de nivel dirección y subdirección, que porque necesitan cubrir "compromisos de la señora".
HASTA donde se recuerda, la estructura de la SCJN no estaba diseñada para ser bolsa de trabajo para los allegados, ahijados, amigos o compadres de los ministros. ¿Estará enterada Esquivel de lo que andan haciendo en su nombre? ¿O a poco ella misma fue quien mandó pedir las plazas? Son preguntas de base.
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GENIO Y FIGURA... ¡hasta en la autopista! A algunos de los viajeros que venían ayer a vuelta de rueda de Querétaro a la Ciudad de México les tocó presenciar el show de Diego Fernández de Cevallos.
RESULTA QUE a la altura del kilómetro 65 hubo un accidente, por lo que el tránsito estaba detenido. De pronto, un camión de la Guardia Nacional decidió que su autoridad alcanzaba para circular por el acotamiento.
Y AHÍ IBAN sin sirenas y sin luces hasta que, de pronto, una camioneta Cherokee les cerró el paso, como diciéndoles "¡a la fila!", que era de 10 kilómetros. Obviamente a los de la Guardia Nacional no les gustó nada el estorbo y se hicieron de palabras con el conductor que era el panista queretano, con su puro en mano.
AL FINAL llegó otra camioneta de la corporación, le echaron montón a Fernández de Cevallos y tuvo que dejarlos pasar.