A ver, a ver, para no darle el avión al Presidente...
A VER, A VER, para no darle el avión al Presidente sería bueno saber si la Secretaría de la Defensa Nacional ya cuenta con la concesión que otorga la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para construir y operar un aeropuerto civil internacional.
PORQUE ni modo de pensar que fue otra de las ocurrencias presidenciales, pues dicha concesión es un requisito legal indispensable. Además, en ese proceso la Secretaría de Hacienda tiene que dar una opinión favorable sobre la rentabilidad económica del mismo, que seguramente Carlos Urzúa ya firmó de su puño y letra, ¿verdad?
HASTA donde se sabe, en ninguna otra parte del mundo un Ejército es el concesionario de un aeropuerto civil internacional, por lo que seguramente el general Luis Cresencio Sandoval debe estar feliz de estrenarse como empresario aeroportuario, pues finalmente la idea es que la Sedena ¡haga negocio!
Y COMO el vestido del rey necesita un buen bordado, habrá que reformar las leyes orgánicas del Ejército y de la Administración Pública Federal, pero eso es lo de menos.
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TANTO proveedores como cogeneradores, así como expertos e inversionistas del sector eléctrico han estado sufriendo fuertes variaciones de voltaje en los nervios por el supuesto gran anuncio que hoy hará Manuel Bartlett.
AUNQUE no se sabe bien a bien de qué hablará, se da por descontado que el director de la Comisión Federal de Electricidad será uno de los que tome el micrófono en el standup que cada mañana se realiza en Palacio Nacional.
HAY QUIENES creen -o mejor dicho, temen- que el ex priista anunciará un operativo similar al del combate al huachicol, pero que en realidad servirá para bajarle el switch a los proyectos de energías limpias y para abrirle la puerta a contratistas que vistan la chamarra guinda de Morena.
UN DATO CURIOSO es que la secretaria Rocío Nahle anda en Nueva Delhi, lo que confirmaría la versión de que la titular de Energía está enfocada sólo en el tema petrolero y Bartlett es el maistro electricista del sexenio.
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PUES RESULTA que en caso de llegar a la Suprema Corte de Justicia, la hoy magistrada Yasmín Esquivel podría enfrentar conflictos de interés con fuertes cimientos... en temas de infraestructura.
EL HECHO de que su esposo, José María Riobóo, sea uno de los constructores favoritos del actual gobierno podría obligarla a tener que excusarse cada vez que un asunto en el que el ingeniero esté involucrado llegue a SCJN.
Y NO ES descabellado que eso suceda, pues los ministros ya han tenido que resolver conflictos sobre temas de infraestructura entre lo que se incluye, ¡oh, casualidad!, el proyecto de aeropuerto que se abandonó en Texcoco.