Venezuela: aumenta presión sobre México

La posición de México ante el conflicto político y humanitario que vive Venezuela empieza a verse presionada dentro y fuera del país. Aunque el presidente López Obrador y su canciller Marcelo Ebrard sostienen la "no intervención y el respeto a la autodeterminación de los pueblos" invocando el artículo 89 constitucional, el escenario geopolítico internacional muestra que el régimen de Nicolás Maduro, al que sigue reconociendo el gobierno mexicano, cada vez se debilita más ante la abierta ofensiva diplomática y política encabezada por Washington, que ve con mayor disgusto que su principal socio comercial y aliado no apoye su política en Venezuela.

Ayer hubo dos hechos que claramente aumentan la presión a la administración de López Obrador y su pretendida neutralidad sobre la crítica situación venezolana. Por un lado, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quien pidió a México y a su gobierno, en un pronunciamiento público, que "reconozcan a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela" y que restrinjan las visas diplomáticas a personajes cercanos a Nicolás Maduro.

"Los Estados Unidos llaman a todas las naciones libres de este hemisferio, incluyendo México, Uruguay y las naciones del este del Caribe, a que se nos sumen para reconocer al presidente interino Juan Guaidó y su gobierno. Y que se nos unan para dar un paso al frente y ayudar a la gente de Venezuela en su lucha para recuperar su libertad", pidió Pence en la reunión del Grupo de Lima realizada ayer en Bogotá y a la que asistieron el propio Juan Guaidó y los presidentes de Colombia, Panamá y Guatemala, además de cancilleres del continente, aunque por segunda ocasión México y su representación diplomática se ausentaron de este grupo.

Como respuesta al llamado directo del vicepresidente de EU, la cancillería mexicana emitió un comunicado donde rechazó la violencia en la frontera venezolana y reiteró su posición contraria a Washington. "El Mecanismo de Montevideo es una opción de diálogo viable e incluyente, con un plan estratégico concreto, que se mantiene como una alternativa hacia una solución pacífica y que cobra aun mayor pertinencia, a la luz de los acontecimientos más recientes".

¿Cuánto tiempo más Washington aguantará que su socio comercial y vecino siga reconociendo a un presidente al que ellos no sólo ya desconocieron sino que trabajan abiertamente para forzar su salida del poder?
Por otro lado ayer México y a su cancillería tuvieron que pedirle explicaciones al gobierno de Maduro por la retención ilegal del periodista mexicano Jorge Ramos, quien acudió al Palacio de Miraflores a entrevistar a Nicolás Maduro. En la entrevista, Ramos de la cadena estadunidense Univisión, le mostró a Maduro imágenes grabadas con su celular donde se ve a jóvenes venezolanos, en las inmediaciones de Miraflores, comiendo de un camión de la basura, y se les oye decir: "Tenemos hambre Maduro" y "hay que cambiar ya de presidente". Según la versión del periodista mexicano el presidente se molestó al ver esas imágenes en una tableta e interrumpió bruscamente la entrevista y ante el retiro intempestivo, Ramos le dijo que "irse y no contestar preguntas, no lo hacían los presidentes, eso lo hacían los dictadores".

Al periodista de Univisión se le retuvo cerca de dos horas en el Palacio de Miraflores y se le confiscó el material grabado por sus camarógrafos. Anoche, ante la presión en redes sociales, el canciller Marcelo Ebrard, emitió un tuit donde dijo que "el gobierno de México ha manifestado al de la República Bolivariana de Venezuela, su preocupación y protesta por lo ocurrido hoy en el Palacio de Miraflores a Jorge Ramos y su equipo". ¿Cuánto más durará la posición de México y su desconocimiento a Guaidó? Los dados mandan Serpiente doble. Falla el tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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