Sonora querida, tierra competida
Sonora querida, tierra competida, escribe @SGarciaSoto en #SerpientesYEscaleras.
La elección para Gobernador de Sonora dista mucho de ser un tema resuelto.
A como hoy se ven las cosas en la tierra del expresidente Plutarco Elías Calles, la entidad norteña podría ser el primer estado en el que un miembro del gabinete de López Obrador gane la Gubernatura, aunque también podría ser el primer gran revés para un candidato salido directamente del equipo cercano del actual Presidente.
Y es que Alfonso Durazo va a enfrentar grandes adversidades en su intento por gobernar un estado en el que nació, pero donde vivió sólo sus primeros años y después abandonó para hacer su carrera política en la capital del país por lo que no tiene un gran arraigo local.
Un tema en contra será precisamente lo que sí tiene su principal adversario y competidor en esta contienda: Ernesto Gándara Camou, el exsenador por Sonora y exalcalde de Hermosillo, quien posee las cualidades de las que adolece el virtual candidato de Morena: sencillez en el trato, carisma político y un profundo arraigo local, sobre todo en la capital hermosillense, junto con un trabajo político de 30 años en el estado que le da mayor identificación con el electorado sonorense.
Paradójicamente, “El Borrego” Gándara, como le apodan, fue un cercano colaborador y amigo de Alfonso Durazo cuando este fue secretario particular del presidente Fox.
Se conocen tan bien uno al otro, que incluso en 2014, estuvieron muy cerca de hacer equipo para enfrentar al PRI y a Manlio Fabio Beltrones, aunque en aquella ocasión, a pesar de sus amplias posibilidades, Ernesto declinó las insistentes invitaciones del PRD y MC para que fuera candidato de una alianza contra la actual gobernadora Claudia Pavlovich, y optó por la lealtad al priismo.
Hoy, mientras Durazo ya radica en Hermosillo y se promueve en los medios locales, apoyado por su coordinador de campaña de Iztapalapa, Jesús Valencia, Gándara presentó hace unas semanas su renuncia al PRI y se prepara para ser candidato de una “Alianza Ciudadana” en la que lo apoyarían lo mismo el PAN que el priismo, junto con el PRD y otras fuerzas locales, para postularlo como un abanderado ciudadano.
La sola alianza de los dos partidos que han gobernado hasta ahora Sonora, el tricolor por varias décadas y el blanquiazul, solo por un sexenio, ya significa un reto mayúsculo para Morena y su candidato, pues las dos estructuras electorales son reales y han probado su eficacia en un sinnúmero de ocasiones, mientras que el morenismo sonorense está, para variar, confrontado y dividido internamente y la figura más fuerte que hoy tienen en el estado, la alcaldesa de Hermosillo, Célida López Cárdenas, no tiene una buena relación con el equipo de Durazo y se sintió desplazada por el candidato enviado desde el centro.
La apuesta del exsecretario de Seguridad es repetir la hazaña que logró en 2018, cuando fue candidato a senador y ganó por amplia mayoría uno de los dos escaños de Sonora junto con la senadora Lilly Téllez.
Sólo que, a diferencia de aquella elección, hoy Durazo no tendrá al fenómeno de López Obrador en la boleta.
Fuentes de Palacio Nacional aseguran que cuando le avisó que iría a buscar la gubernatura, el Presidente le recomendó a Alfonso “que lo meditara y lo pensara muy bien antes de tomar una decisión”, porque le decía que él era “un hombre muy organizado” y que podría ocupar la Jefatura de Oficina de la Presidencia de la República, un cargo del que desde hace tiempo se alejó su tocayo, Alfonso Romo.
Así es que veremos sin duda en Sonora una de las elecciones más interesantes de entre las 15 gubernaturas que se van a renovar el primer domingo de junio de 2021.
La entidad será un laboratorio interesante para medir qué tanto pesa aún la imagen y la popularidad del presidente López Obrador versus la tendencia que domina hoy las votaciones electorales: los candidatos, sobre todo los de mayor arraigo e identificación local.