La recámara de la alcaldesa
"La recámara de la alcaldesa", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras
En un salón contiguo al despacho principal de la Alcaldía Cuauhtémoc, que se utilizaba para las reuniones de los concejales de esa demarcación, la alcaldesa Sandra Cuevas se mandó construir una recámara con todas las comodidades y lujos, donde solía dormir o encerrarse a descansar. En una ocasión el personal de Protección Civil recibió una llamada desde la oficina de la Alcaldesa: “que subieran rápido” porque tenía una emergencia. Los paramédicos corrieron y al llegar al despacho los hicieron pasar a esa recámara privada para que atendieran la emergencia: Cuevas les pidió que reanimaran y checaran a Dany -su osito de Peluche al que trata como un hijo- porque lo encontró tirado al lado de la cama.
Esa es una de las anécdotas que personal de la oficina de la actual alcaldesa con licencia y candidata de MC al Senado, cuentan como parte de las actitudes extrañas y los desplantes que solía tener Sandra Cuevas en el ejercicio del cargo. En los tres años que estuvo al frente de esa demarcación, a donde llegó tras ganar los comicios locales de 2021, postulada por la alianza PRI-PAN-PRD pero impulsada políticamente por la operación con Ricardo Monreal, con quien mantenía una relación cercana a partir de la amistad que mantenía con la esposa del senador morenista, María de Jesús Pérez Guardado.
Comenzó así una de las historias más bizarras y lamentables de la política capitalina, con un personaje que no sólo rompía todas las normas y protocolos del ejercicio del poder, sino que imponía y ejecutaba acciones, programas y operativos que rayaban en el abuso, la prepotencia y el uso patrimonial y discrecional del espacio público, en detrimento de los derechos de los ciudadanos de la Alcaldía. A fuerza de polémicas, escándalos y acciones tan abusivas como mandar pintar murales artísticos en pare des de parques, mercados y otros espacios públicos, la alcaldesa Cuevas pronto se hizo notar y se volvió un personaje polémico que lo mismo chocaba y desafiaba a la entonces jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, cancelaba bailes públicos en plazas y jardines, que amenazaba y amedrentaba a los vendedores y comerciantes de su demarcación.
Con un manejo de redes sociales más parecido al de una influencer de modas, que al de una gobernante de la alcaldía más céntrica y estratégica de la capital del país, Sandra Cuevas comenzó a mostrar lo mismo sus viajes por el extranjero, sin comisión oficial, que su ropa y accesorios de diseñadores costosos. Y mientras sumaba adeptos a su imagen fashionista, la polémica Alcaldesa también se hacía fama de prepotente y comenzaba a aparecer siempre rodeada de un grupo mayormente de hombres y de algunas mujeres que no eran guardias ni policías y más bien tenían facha de golpeadores o sicarios que la acompañaban a todos lados y que solían golpear o empujar a quien osara cruzarse por el camino de la funcionaria, lo mismo a una anciana que la cuestionaba, que a un ciudadano que la increpaba.
Su estilo abusivo y prepotente rápidamente le ganó fama y cobertura de los medios. Sus escándalos, pleitos y reyertas superaron con mucho a sus acciones de gobierno. Un día se enfrentó, con su grupo de golpeadores, al contralor capitalino, Juan José Serrano, cuando pretendía ejecutar una diligencia oficial en las instalaciones de la Alcal día, ante una presunta denuncia ciudadana sobre la existencia de propaganda política a favor de partidos en el edificio de la demarcación; otro día salió a las calles a circular en un costoso vehículo Polaris Racer, con valor mínimo de 730 mil pesos, del que sólo dijo que era su “regalo de Reyes”, sin explicar si se adquirió con recursos públicos y, cuando circulaba en él en zonas peatonales, un ciudadano que la cuestionó terminó golpeado por sus porros y mandado al hospital.
Tanto desplante y lujos en las redes le valieron una investigación de la Defensa Nacional que en 2023, en una ficha difundida en medios y redes sociales, habla de “posibles vínculos” de la Alcaldesa con personajes y líderes de la Unión Tepito, como Óscar Andrés Pérez el “Lunares”, actualmente preso y consigna también el documento militar que su pareja sentimental, Christian Israel Quiroz Oropeza, tiene una acusación por secuestro de una menor en el Estado de México. Sin embargo, en junio de 2023, Cuevas fue captada en la Plaza de Garibaldi en una fiesta con cervezas y mariachi, donde se le vio besar a un hombre, cuya identidad ella misma reveló y resultó ser Ernesto Alonso de Rosas, jefe Regional de la Policía Ministerial del Estado de México, involucrado en la investigación de temas de narcotráfico.
Una fuente directa de la Alcaldía, que trabajó cercano a Sandra Cuevas, afirma que desde su llegada al cargo en 2021 la alcaldesa “negoció con líderes de la Unión Tepito” a los que les pidió dejar de extorsionar y cobrar derecho de piso a los locatarios de los mercados más grandes de la Alcal día Cuauhtémoc, como son Martínez de la Torre, Lagunilla y Lagunilla anexo de ropa, el anexo de Muebles de Mtz. De la Torre. A cambio les ofreció a esa organización criminal entregarles el manejo y administración de los baños públicos que hay en esos mercados y que son conocidos como “autogenerados” porque fueron construidos por los locatarios que los administraban y obtenían del servicio sanitario recursos para el mantenimiento de sus mercados.
Según la fuente que dice haber sido testigo de esas negociaciones, la Unión Tepito aceptó la propuesta y desde entonces son ellos los que manejan, administran y cobran por el servicio de baños en los mercados de la Cuauhtémoc, donde además se presume que hay venta de drogas y narcomenudeo.
Sandra Cuevas se volvió tan controvertida y políticamente tóxica, que la alianza opositora que la había llevado al poder la desconoció e incluso el propio Monreal, que había sido su promotor, se hizo a un lado y la dejó sola cuando ninguno de los tres partidos aliancistas quisieron postularla para su reelección. Se alió entonces con Adrián Ruvalcaba, con quien además de lo político compartía la frivolidad y sus gustos banales y su alianza llegó a despertar rumores sobre una relación sentimental. Pero para mala fortuna de Cuevas, Ruvalcaba no sólo no resultó postulado como candidato a la Jefatura de Gobierno y se fue a Morena y el PVEM, algo que Sandra no podía hacer porque se peleó a muerte con Claudia Sheinbaum.
Por eso, cuando para sorpresa de todos con siguió de manera muy poco clara la candidatura al Senado por Movimiento Ciudadano, un partido que dice representar “la nueva política” pero que aceptó postular a un personaje tan cuestionable, dejó en su lugar a José Guadalupe Medina Romero, director de Servicios Jurídicos y Legales, pensado que éste le cuidaría las espaldas; pero apenas unos días después de que ella se había ido, el encargado se le rebeló, comenzó a dejar de tomarle llamadas y luego corrió a su hermano y a varios de sus colaboradores de confianza que cobraban en su oficina
Hoy la apuesta de Sandra Cuevas es alcanzar el Senado de la República, más en busca de fuero que dé un cargo legislativo para el que tiene nula experiencia. Y es que, si no logra ganar, aun con propuestas tan absurdas como que bajará a cuatro pesos el precio del Metro y del resto de los transportes públicos de la CDMX, a la polémica Alcaldesa le van a destapar la cloaca que dejó en la Cuauhtémoc, ya sea que gana Caty Monreal, la hija de su antiguo protector, o que gane Alessandra Rojo de la Vega, la candidata de la alianza opositora. Por eso la señora Alcaldesa que se mandó construir una recámara de lujo, justo a un lado de su oficina, anda desesperada y gastando mucho dinero, cosa que siempre ha hecho, en busca de alcanzar al Senado, repitiendo la máxima que alguna vez se le escuchó al ahora preso exgobernador de Tamaulipas, el priista Tomás Yarrington: “yo no quiero fuero, lo necesito”… Se baten los dados. Capicúa. Repetimos el tiro.