Resbalón de Rosa Icela y victimismo de la 4T
"Resbalón de Rosa Icela y victimismo de la 4T", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras
Si la Secretaria de Gobernación tiene pruebas fehacientes y contundentes de que los minimizados PRI y PAN están detrás de los paros y bloqueos carreteros de transportistas y campesinos que ayer desquiciaron a buena parte de la República, incluido el bloqueo por varias horas de aduanas fronterizas con Estados Unidos, ya se tardó para presentarlas y exhibir a los partidos opositores.
Pero si Rosa Icela Rodríguez no tiene las pruebas de lo que afirma y por eso no las muestra y se va solo con declaraciones y culpas a terceros para no asumir el hartazgo real que tienen los traileros y productores agrícolas por la violencia y delincuencia que padecen todos los días y por la falta de precios de garantía adecuados, subsidios y afectación de concesiones de agua que reclaman los campesinos, entonces la funcionaria federal tiene un serio problema.
Porque salir a culpar a una oposición que ellos mismos consideran "derrotada" y "casi testimonial", pero al mismo tiempo la creen capaz de movilizar a tantas personas inconformes con la situación caótica del país, tanto en las marchas del pasado 15N como en los paros y bloqueos carreteros que ayer desquiciaron 40 autopistas y carreteras federales en al menos 17 estados de la República, parece cada vez más que en el gobierno federal y en la 4T padecen una enfermedad psiquiátrica y sicológica que los expertos denominan como "victimismo crónico o proyección".
Así se ve la responsable de la gobernabilidad del país cuando, con la mitad del país paralizado en sus carreteras y cientos de miles de mexicanos afectados por los paros de campesinos y de transportistas, no puede resolver en las mesas de diálogo las demandas de los sectores inconformes y, en su impotencia e incapacidad para acabar con el problema, reparte culpas a todo el mundo -incluida la oposición enana que hoy tenemos en el país- y se toma el atrevimiento de decir que "no hay razón para los bloqueos" e invoca un diálogo que claramente fue tardío y que, al menos hasta ayer, no había logrado nada porque los traileros y productores se encendieron con el discurso falaz e insensible de la secretaria de Gobernación a sus demandas.
Pero al final de cuentas lo de la secretaria Rosa Icela no es sino la confirmación de la cerrazón, el autoritarismo y la insensibilidad política que hoy atraviesa todo el gabinete y el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Tal y como lo hizo antes su antecesor y como les enseñó a hacerlo a todos sus fanáticos, la doctora se niega a asumir cualquier responsabilidad en los problemas graves que aquejan al país; no sólo niega la existencia de situaciones de violencia desbordada, de extorsión e inseguridad en las carreteras y de abandono de ya 7 años a los campesinos a los que López Obrador les retiró todos los apoyos, subsidios y créditos financieros, sino que además culpa a los manifestantes y a sus opositores de estar ejecutando una estrategia de desestabilización y mentiras en su contra.
Y cuando la cabeza no ve la realidad y prefiere inventarse o excusarse en conspiraciones y acciones interesadas de sus opositores y malquerientes, el ejemplo cunde y todos en el gabinete, por un principio de lealtad ciega a la mandataria, por más equivocada e insensible que se comporte, repetirán la misma cantaleta para culpar a todos, enemigos reales y ficticios, expresidentes del pasado o empresarios malintencionados y ahora hasta la oposición que ellos mismos minimizan y se burlan, de todo lo malo que pasa en el país y de todo lo que está provocando la emergencia y sublevación de grupos de población que van desde los habitantes de Uruapan, hasta jóvenes de la generación Z, estudiantes, amas de casa, profesionistas, médicos del sector público, pacientes, campesinos o traileros que se quejan en esencia de la narcoviolencia y la delincuencia desbordada que tolera y auspicia el gobierno federal.
Escudados en su "gran popularidad" y en esa entelequia que denominan retóricamente "el pueblo bueno", la doctora y su gabinete no están dimensionando el tamaño del descontento y la inconformidad que detonó el fenómeno del brutal asesinato de Carlos Manzo. Y no es de dudar que haya detractores y opositores que empujen algunos movimientos o los apoyen en sus causas legítimas, como en su momento lo hizo Andrés Manuel, la propia Sheinbaum, y hasta la victimista Rosa Icela, que como oposición azuzaban la protesta social, encabezaban marchas y tomas, y operaban contra los gobiernos en turno.
Nunca se escuchó a ningún otro presidente escudarse en la victimización y en el negacionismo para decir que las quejas y expresiones de hartazgo de sectores de la población no eran reales, que no existían y que "había mucha alegría y felicidad" en el país que gobernaban, mientras culpaban a opositores, medios y empresarios del creciente rechazo de una parte de los mexicanos. Quizás se quejaban en privado y ordenaban estrategias para contrarrestar la mano de los opositores detrás de las marchas y manifestaciones, pero chillar en público y culpar a todos menos a ellos mismos, que nos gobiernan, de lo que pasan en el país, es un sello que hoy distingue a la autonombrada 4T, que pretende negar y descalificar, todo lo que no encaje en su "México feliz, del bienestar y del dinero público que regalan a cambio de votos".
Qué tan fuerte fue el resbalón que ayer se dio Rosa Icela Rodríguez, que hasta los de casa salieron a decir que no coincidían con su visión de que las protestas y bloqueos campesinos y de transportistas no tenían razón de ser ni obedecían a demandas y reclamos reales y legítimos. "Hay que llamar al diálogo, no hay que provocar rispideces, ni crispar el ánimo de nadie. Lo que yo creo: hay que buscar soluciones, no tensar situaciones, yo sí creo en el diálogo y creo que dialogando podemos buscar soluciones, porque lo otro a nada nos conduce. Los bloqueos permanentes son caminos sin retorno", sostuvo Monreal tras afirmar que respeta los comentarios de la titular de Segob, "que seguramente tiene pruebas", pero no los comparte.
¿Así van a gobernar a un país en donde, por mucho apoyo popular que tengan, no todos los mexicanos coinciden con su visión "feliz y sin problemas" y esos mexicanos parecen decididos a ejercer su derecho de expresarse y manifestar su inconformidad con la situación actual del país? Con funcionarios ciegos, soberbios, insensibles a los reclamos populares y con ya inocultables tendencias autoritarias, no se ve nada bien el futuro inmediato de la República… Se batieron los dados. Tocó Serpiente.

