La justicia en la CDMX: un circo de 3 pistas
"La justicia en la CDMX: un circo de 3 pistas", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras
El día que asesinaron a balazos al abogado David Cohen, justo en las escalinatas del edificio sede del Poder Judicial de la CDMX, quedó al descubierto que lo que tenemos por justicia en la capital de la República es un circo de varias pistas: con trabajadores inconformes que denuncian sus precarias e injustas condiciones de trabajo; con magistrados y jueces que no resisten el poder del dinero y fallan a conveniencia de intereses y, lo más grave, con mafias jurídicas que manipulan y controlan el sistema jurídico con la participación de las cabezas institucionales de dicho sistema.
En medio de ese ambiente de descomposición y agitación, herencia de casi 30 años de administraciones de izquierda en la Ciudad de México (aquí no hubo "transformación", con todo y la elección "democrática" porque entre el PRD y Morena han controlado los tribunales judiciales las últimas tres décadas), estamos a unos días de que comience el proceso de elección para renovar la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, cabeza del sistema judicial capitalino, y las siempre revueltas aguas judiciales amenazan con desatar un tsunami interno.
Y es que la institución primordial del sistema de justicia se encuentra en el momento más penoso y cuestionable en más de una década, gracias a la mala implementación de los llamados juicios orales, herencia de administraciones pasadas, pero también a las malas decisiones políticas de su actual presidente, Rafael Guerra Álvarez, que no ha mostrado un liderazgo apropiado que permita la eficiencia y modernización en la impartición de justicia a los habitantes de la CDMX.
En la primera pista del circo judicial está, precisamente, el magistrado Guerra Álvarez, cuya administración ha sido opaca y plagada de resoluciones a modo que, lejos de acercarse a los órganos jurisdiccionales y subsanar las carencias del tribunal, cada día se le ve más en el protagonismo y la frivolidad. Guerra coquetea con la posibilidad de reelegirse, aunque sabe que el ambiente interno no es el más favorable para él y que podría perder la elección, ante lo cual buscaría como "plan B" heredar la presidencia a un perfil de su confianza que evite una revisión de sus manejos jurídicos y financieros que han sido muy cuestionados.
Con todo y su mala imagen y la relación tan cercana que tenía con el abogado asesinado, David Cohen, quien había salido de su oficina cuando le dispararon afuera de la sede judicial, Rafael Guerra no parece arredrarse, quizás porque se sabe intocable, por sus conexiones y amistades políticas.
En la segunda pista circense, de cara a la inminente elección del TSJ de la CDMX, está un nuevo grupo de magistrados, de reciente formación, que se autodenominan "La disidencia", y que tienen el objetivo de impulsar la candidatura del magistrado Ramón Alejandro Sentíes para llegar a la presidencia y mantener la inoperancia.
El apoyo al magistrado Sentíes ocurre a pesar de que hace seis meses fue amenazado en un video, al más puro estilo del narco, por un grupo del crimen organizado en donde se le acusa de "agarrar dinero y no cumplir", lo que hace pensar que la candidatura de este juzgador representa el riesgo de continuar con el mismo sistema de impunidad y corrupción de las mafias judiciales, porque apenas hace unos días el chofer de Alejandro Sentíes fue víctima de un ataque directo también afuera de la Ciudad Judicial, justo en donde hace unas semanas mataron al abogado Cohen.
Y ahí viene la tercera pista del circo judicial capitalino que vive hoy, en vísperas de esta elección, una crisis de confianza en el Tribunal Superior de Justicia, en donde la cuestionada elección judicial, con todo y sus acordeones, no logró cambiar absolutamente nada y los grupos de interés político y económico, relacionados con Morena y con el gobierno de Clara Brugada, se aprestan a influir también en la elección de nuevo presidente, para tratar de mantener intactas sus cuotas y cuates en el sistema jurídico de la ciudad.
Las circunstancias exigen la urgencia de limpiar el Poder Judicial local, así como aprovechar, más que nunca, la experiencia de personas magistradas de carrera profesional y dejar atrás a perfiles asociados al crimen organizado; secreto a voces que en nada abona al cumplimiento de la exigencia de millones de capitalinos de tener una justicia pronta y expedita.
Un cambio real podría ser una mujer al frente del tribunal y entre los nombres alternativos a las actuales mafias que controlan el tribunal, suena el de la magistrada Celia Marín, destacada jurista a la que no se le conocen vínculos inconfesables, aunque también hay perfiles interesantes de gente con experiencia en el servicio público y sin señalamientos, como los magistrados Carlos Vargas Martínez o Arturo García Salcedo, quienes ya han levantado la mano para ocupar la presidencia del TSJ de la CDMX.
Veremos cómo se resuelve la elección del tribunal capitalino y si hay una votación abierta y transparente de los magistrados integrantes del pleno que elegirán al nuevo presidente con el voto de las dos terceras partes. Esta será la última elección que se procese con este método, porque a partir de 2027 la presidencia del TSJ de la CDMX se elegirá también por el voto popular de los ciudadanos, de acuerdo a lo que estableció la reforma judicial local.
Y la decisión que se tome será clave para saber si hay algún viento de cambio y de renovación del cuestionado Poder Judicial de la Ciudad de México, o si permanecen intactas las mafias de corrupción y los fuertes intereses que estas representan… Escalera doble mandaron los dados para los amables lectores y también para los difuntos que nos visitan este fin de semana.

