Nuevo León en crisis por sus gobernantes

"Nuevo León en crisis por sus gobernantes", Escribe Salvador García Soto en #SerpientesYEscaleras

Cuando los neoleoneses creyeron que lo habían vivido todo con un gobernador populista y demagógico como lo fue Jaime Rodríguez "El Bronco", llegó el joven emperador, Samuel García, para meterlos en una crisis constitucional y de gobernabilidad. El estado más industrioso de México, en donde el talento emprendedor de la mano con el viejo sistema habían construido una serie de equilibrios entre la clase política y el poderoso empresariado que influía y opinaba en la gobernanza del estado, está sufriendo los efectos de las malas decisiones del electorado que ha llevado al poder, en los últimos años, a gobernantes medianos, unos marcados por la corrupción, otros por la incapacidad y algunos más por la frivolidad y la ambición, que rompieron con los equilibrios que le daban estabilidad a la productiva economía neoleonesa.

Hoy, cuando la entidad norteña está llamada a ser la punta de lanza para encabezar al país, la llegada de capitales que está provocando el fenómeno de la relocalización de los mercados o el llamado "nearshoring", lejos de estar trabajando en la creación de infraestructura y condiciones de estabilidad para encauzar los miles de millones de dólares que le llegarán al territorio mexicano, están enfrascados en una infantil guerra civil política en la que, con toda la influencia de la mano presidencial, que azuza, protege y alienta el autoritarismo del gobernador Samuel García, los ha llevado a meter a Nuevo León en la confrontación, el desacuerdo y el riesgo de parálisis en su gobierno.

Porque al final lo que sucede en Nuevo León en estas horas rebasa con mucho la dinámica política local, que de por sí se ha vuelto tóxica y nociva ante la cerrazón al diálogo y al entendimiento entre el gobernador que pidió licencia para lanzarse como candidato presidencial de Movimiento Ciudadano y la mayoría de oposición del PRI y PAN en el Congreso, que se resiste a aceptar la imposición y la invasión de sus facultades constitucionales por parte de un gobernador empecinado y ensoberbecido como lo es Samuel García.

Nuevo León es en este momento el primer campo de batalla donde se libra la guerra por la Presidencia de la República en 2024. Los movimientos y la estrategia del Presidente para tratar de garantizar a cualquier precio que su movimiento siga en el poder el próximo sexenio, con la candidatura de Claudia Sheinbaum, convirtieron a la entidad norteña en el laboratorio en el que López Obrador busca asegurar la fórmula para dividir al voto opositor a nivel nacional con un personaje como Samuel García que, convertido en alfil y títere del inquilino de Palacio Nacional, está estirando peligrosamente la liga de la gobernabilidad en su estado.

Samuel está envalentonado y ensoberbecido porque sabe que cuenta con toda la protección y el respaldo del Presidente y de su mayoría en el Congreso de la Unión para frenar cualquier intento de deponerlo desde el Senado de la República con la figura constitucional de la desaparición de poderes, que algunos ya empiezan a invocar en medio de la actual crisis política. Por eso, el joven precandidato y gobernante actúa con tanta prepotencia y, aun sabiendo que no le asiste la razón jurídica y que hay un fallo de la Suprema Corte que está desacatando, al pretender disputarle al Congreso local la facultad de nombrar a un gobernador interino, está dispuesto a llevar a su estado hacia un callejón sin salida en su gobernabilidad.

El PRI y el PAN, por su parte, quieren aprovechar la coyuntura y el compromiso que Samuel García ha hecho con López Obrador para arrebatarle el control político del estado, investigar su opaca e ineficiente gestión en dos años y, a partir de lo que encuentren en sus manejos financieros, impedirle el regreso a la gubernatura después de julio de 2024, cuando concluya la misión que le ha encargado el Presidente: dividir el voto de la oposición, atrayendo las simpatías del electorado de clases medias y principalmente de los jóvenes desencantados con Morena, para evitar que Xóchitl Gálvez y el frente opositor acaparen el voto de la inconformidad y el castigo a su gobierno y pudieran convertirse en un riesgo para que Sheinbaum perdiera la Presidencia.

Así, mientras Samuel intenta asegurar su regreso a la gubernatura, una vez que concluya su aventura presidencial en la que no busca ganar -al menos no la Presidencia-, pero sí el favor, la protección y el presupuesto federal para mantenerse en el poder hasta concluir su sexenio y volver a estar en posibilidades de buscar una candidatura presidencial en 2030, el PRI y el PAN pretenden cerrarle la puerta de regreso al estado y cobrarle así no sólo a él, sino también a Dante Delgado y a Movimiento Ciudadano, su decisión de haberse negado a sumarse a una gran alianza opositora que derrotara a Morena, para terminar aliándose con López Obrador en su afán de asegurar la continuidad de su partido en el gobierno.

Veremos cómo termina la primera batalla política por 2024, que está teniendo lugar en Nuevo León y cuyo desenlace marcará e impactará los escenarios que pueden venir para la elección presidencial. Si Samuel García y MC se salen con la suya, apoyados y protegidos por la presidencia lobezobradorista, entonces las posibilidades de que repita Morena con su candidata Claudia Sheinbaum se acrecientan; pero si al gobernador emecista lo derrota el Congreso y el apego a la Constitucionalidad dictada por la Suprema Corte, el PRI y el PAN habrán logrado abollar y al menos exhibir la candidatura títere de García, para disminuir el impacto para ellos en la votación nacional y reducir la pérdida de votos para su candidata Xóchitl Gálvez. ¿Quién ganará en Nuevo León y se quedará con el control del estado: el eje AMLO-Samuel-MC o el frente PRI-PAN-PRD?... Los dados mandan Escalera Doble. Muy buena semana.