Claudia en crisis, Marcelo en la cumbre y Adán come la manzana

"Claudia en crisis, Marcelo en la cumbre y Adán come la manzana", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras

El arranque del año decisivo para la elección del candidato presidencial en Morena confirma que la lucha interna por la nominación del partido oficial será cada vez más intensa y cruenta. Y si bien no se observan movimientos ni cambios significativos, en cuanto a la “favorita” del Presidente y los otros dos aspirantes que van detrás, lo que sí queda claro es que la condición de puntera que mantiene Claudia Sheinbaum la coloca también en la posición más vulnerable y en donde cualquier descuido, tropiezo o negligencia de la gobernante capitalina será aprovechada por sus contrincantes y críticos para generarle crisis que busquen minarla en su imagen y, si se descuida, hasta tirarla.

Esta semana es el mejor ejemplo de lo que serán los siguientes meses en la sucesión interna de la 4T. Mientras Sheinbaum enfrenta una dura crisis por la tragedia del Metro, tras el choque de trenes que le costó la vida a Yaretzi Adriana, jovencita de 18 años y dejó más de 100 lesionados, el canciller Marcelo Ebrard ha aprovechado al máximo los reflectores que le dio la Cumbre de Líderes de América del Norte, que ayer concluyó, y las reuniones entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador, Joe Biden y el primer ministro Justin Trudeau.

Porque sin duda el éxito que resultó esa Cumbre, con todo y los aterrizajes de los aviones presidenciales de Canadá y Estados Unidos en el AIFA, será cacareado por el presidente López Obrador, que presumirá por varios días y quizás semanas el trato que le dispensaron los dos mandatarios durante sus encuentros bilaterales y trilaterales. Pero quien capitalizará también el que estas reuniones hayan salido bien y sobre todo el buen humor que le dejó al Presidente su papel de anfitrión con Biden y Trudeau, será sin duda Marcelo Ebrard, que no desaprovechó ocasión para mostrar su liderazgo en estos tres días de encuentros bilaterales y trilaterales.

En tanto la doctora Sheinbaum intenta manejar su enésima crisis con declaraciones, reuniones y visitas al Metro, preparando anuncios sobre incremento de presupuestos para mantenimiento y haciendo también política con los trabajadores del Sindicato que encabeza Fernando Espino para que dejen de cuestionar la reducción de recursos al mantenimiento, al tiempo que atienden a los lesionados y a la familia de la joven Yaretzi. No lo ha hecho mal tampoco la jefa de Gobierno en el control de daños y mucho le ayuda el respaldo del Presidente, pero con todo, la opinión pública y sus contrincantes y detractores seguirán tratando de abollarle su condición de puntera y favorita.

Y no es que esta tragedia en el Metro, que es la cuarta que ocurre en sus cuatro años de gestión, contando también el incendio del Centro de Control PCC1 en febrero de 2021; el choque de trenes de la Línea 1 en marzo de 2020, y el derrumbe de las trabes de la Línea 12 con sus 26 muertos, vaya a terminar con el proyecto de Claudia Sheinbaum como proclaman muchos, pero sin duda el golpe a su imagen ha sido severo. Un buen ejemplo de que estas crisis, de las que sin duda le esperan varias a la doctora, no necesariamente truncan una aspiración presidencial, es el caso de Enrique Peña Nieto, a quien, en marzo de 2010, tras la desaparición de la niña Paulette en Huixquilucan y el burdo manejo de esa investigación, hizo que muchos pronosticaran su caída como aspirante a la Presidencia, algo que no le impidió ganar las elecciones en 2012.

Pero es un hecho que al sumar ya 29 muertos en accidentes del Metro durante su gestión, Sheinbaum tendrá que irse a partir de ahora con pies de plomo en su desbocada campaña presidencial; tendrá que desacelerar un poco en sus giras por la República y su publicidad no reconocida y estar atenta no sólo al funcionamiento del Metro sino de cualquier otro frente que le pudieran detonar en una ciudad que, para efectos de un aspirante a la Presidencia de la República, siempre resultará un polvorín que puede estallar a la menor provocación. Si no lo entienden así la doctora y sus asesores, irán de crisis en crisis de aquí a que se defina la candidatura de Morena y en una de esas les toca la definitiva.

Por su parte, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, seguirá con sus salidas por la República y esta misma semana se va a Veracruz para atender, supuestamente asuntos de gobernabilidad, aunque también seguirá promoviendo su imagen y manteniendo encendida la veladora de convertirse, si se le dan las circunstancias, en el plan principal de su tocayo de apellido.

Así que entre cumbres, crisis y manzanas del pecado, las “corcholatas” presidenciales de López Obrador seguirán moviéndose en ruta de colisión y, conforme se acerquen los tiempos de definiciones, tanto de renuncias como de encuestas y reglas para la desordenada y caótica contienda interna, aprovecharán cada resquicio para promoverse aun violando la ley electoral, los veremos a los tres en las campañas del Edomex y Coahuila que están a nada de comenzar, y muy seguramente también estarán acechándose y zopiloteándose entre ellos. Tal vez a esos “zopilotes” se refirió el Presidente cuando salió a espantárselos a Claudia Sheinbaum, a los que sobrevuelan a las tres corcholatas, pero tienen también el pescuezo guinda…Dados girando. Serpiente. Descendemos