PRI sin sorpresas, pero ¿podrá cicatrizar?

El reto mayor para el virtual nuevo dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, no era triunfar en la elección que siempre tuvo ganada y que anoche simplemente se confirmó con números contundentes al obtener 84% de los votos en los 32 estados, aunque también con denuncias de "casillas zapato" y una operación electoral marcada en estados como Coahuila, Campeche, Oaxaca y el Estado de México. Su principal desafío será lograr una conciliación política con los grupos internos que no apoyaron su candidatura para alejar cualquier amenaza de fractura o ruptura que debilitaría todavía más a un priismo que, con todo y este ejercicio interno, sigue política y anímicamente en la lona.

El primer paso a una "cicatrización" necesaria y urgente en el PRI pareció darse anoche con el mensaje de la candidata Ivonne Ortega, quien tras ser literalmente arrollada por la estructura que apoyó a Moreno Cárdenas, y sin retirar sus denuncias de "fraude", "elección robada" y "operación ilegal", no se irá del priismo ni renunciará a su militancia, como predijeron muchos que ya la hacían de la mano de Elba Esther Gordillo buscando el registro para las Redes Sociales Progresistas de la maestra.

Las cifras preliminares hablan de una participación de 2 millones de militantes. De confirmarse y comprobarse esa cifra, a reserva de que algún militante impugne el proceso y de lo que fallen en ese caso las instancias como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Alejandro Moreno "Alito" seguramente presumiría que, a diferencia de los otros líderes nacionales de partidos, a él lo eligió un mayor número de militantes, pues al líder del PAN, Marko Córtes, lo votaron 168 mil 200 panistas; mientras que Ángel Avila, del PRD, asumió por prelación y fue electo por 352 consejeros tras la renuncia de Manuel Granados y a la dirigente de Morena, Yeidckol Polenvsky, la eligieron 1,571 consejeros nacionales de su partido.

El discurso del nuevo dirigente del PRI también será de lo más importante para observar. Sus contrincantes lo acusan de que se entregará al presidente López Obrador, pero en su equipo cercano aseguran que Moreno Cárdenas "tendrá un discurso de oposición fuerte", incluida la crítica al gobierno federal y a su partido, y que, para crear un contrapeso a la hegemonía de Morena va a proponer alianzas electorales con todos los partidos de oposición, incluso con el PAN, con el que nunca se han aliado los priistas. "La prioridad será buscar, primero la unidad interna, por lo que ya prepara encuentros con liderazgos internos como los de Manlio Fabio Beltrones y Miguel Osorio, y luego trabajar unidos para la recuperación electoral del partido rumbo a 2021, con alianzas con toda la oposición, incluso con el PAN", dijo a esta columna uno de los asesores cercanos de Moreno Cárdenas.

La realidad es que el proceso interno del PRI no generó mucho entusiasmo ni atención mediática, primero porque ya se sabía de antemano el resultado, y segundo por el debilitamiento real en que se encuentra el partido. Veremos si con su nuevo dirigente el dinosaurio recupera al menos los signos vitales y si Moreno Cárdenas logra, primero unir realmente a su partido y luego convertirlo en una verdadera fuerza de oposición, de menor tamaño pero oposición, o si lo que queda del priismo termina como satélite y girando alrededor de sus primos de la nueva hegemonía lopezobradorista de Morena.

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