El mensaje que tardaron dos meses en entender en Palacio
El mensaje que tardaron dos meses en entender en Palacio, escribe @SGarciaSoto en #SerpientesYEscaleras.
El jueves por la tarde, hasta Palacio Nacional, llegó un mensaje que se resistieron a entender en el despacho del poder: la oposición, unida en bloque, decidió ponerle un freno a los caprichos y obsesiones de Andrés Manuel López Obrador. Acostumbrado a mandar durante estos tres años con sus mayorías en el Poder Legislativo, el Presidente trató de presionar e imponer una vez más su agenda personal y política al Congreso en un tema que, por más importante que pueda resultar, nunca debió sujetarse a las prisas y al mandato presidencial.
Podría decirse que el mensaje que los mexicanos le mandaron en las urnas al titular del Poder Ejecutivo, desde el pasado 6 de junio, y que éste se resistió a comprender, con un discurso de soberbia y triunfalismo en el que decía haber ganado todo y no haber perdido nada en las pasadas elecciones, fue recibido con más de dos meses de retraso por el inquilino del Palacio presidencial que hasta esa tarde del jueves, seguía sin creer que la oposición, a la que alguna vez declaró como “moralmente derrotada”.
Lo que se definió entre el miércoles y el jueves de esta semana en la sesión de la Comisión Permanente, con el doble revés que le propinó el bloque opositor al Presidente y al bloque oficialista encabezado por Morena, fue la nueva correlación de fuerzas que imperará en el Congreso de la Unión a partir del 1 de septiembre y que, con dos semanas de anticipación al arranque de la nueva Legislatura, ya se hizo sentir en las votaciones para rechazar un periodo extraordinario en el que se discutiera la Ley para la Revocación de Mandato.
Lo que realmente sucedió es que la oposición se rebeló ante el burdo intento de imponerle al Congreso los tiempos y caprichos de Palacio Nacional que además fueron operados con falta de pericia ante la decisión del Presidente de cambiar a sus operadores en el Congreso, especialmente al coordinador del Senado Ricardo Monreal, que tiene el control de los hilos finos en el Legislativo.
De hecho, fuentes del gabinete presidencial nos confirman que en cuanto arranque el periodo ordinario y se instale la 65 Legislatura en San Lázaro, “el primero o a más tardar el segundo día de sesiones, volverá a presentarse la iniciativa de Ley de Revocación de Mandato”, para que sea procesada de inmediato en comisiones legislativas y presentada en el pleno para su votación. ¿Y entonces, si siempre hubo esa posibilidad y López Obrador sabía que no tenía los votos suficientes en la Comisión Permanente para convocar a un extraordinario, por qué la necedad de haber insistido hasta dos veces en doblegar al órgano bicameral a someterse a las urgencias de la Presidencia?
La oposición finalmente se envalentonó y le perdió el miedo a un gobierno que, a punta de amenazas, investigaciones y expedientes, mantuvo agazapados y asustados a los principales líderes y coordinadores parlamentarios que siempre se doblaron ante la intimidación del poder presidencial.
El mensaje que este jueves por fin entendieron en Palacio, no sin un berrinche y molestia del Presidente, es que en la segunda parte del sexenio, el equilibrio y la división entre poderes, ésa que casi nunca ha existido en la historia política y democrática de México, la que aplastaron en su momento las mayorías del PRI, del PAN y ahora de Morena, volverá a vivir un momento importante en la segunda parte de este sexenio en la que los caprichos y obsesiones del Presidente encontrarán un dique sólido en las reformas constitucionales y una oposición más firme y unificada en la discusión del presupuesto y las leyes reglamentarias. Ése es un mensaje que no es bueno para un Presidente que se acostumbró a ejercer el poder onmímodo en la primera mitad de su mandato, pero sin duda que es un muy buen mensaje para la democracia en el país… Los dados mandan Serpiente Doble. Semana de altibajos.