El cónsul caído de Las Vegas y su padrino
¿A quién se le ocurrió nombrar como cónsul de México en Las Vegas a un sujeto acusado y procesado por estupro en contra de una menor de edad?
El nombramiento de Alberto Barreras Castro, aprobado por la Secretaría de Relaciones Exteriores apenas el pasado 7 de septiembre se hizo a partir de una recomendación del secretario Alfonso Durazo, quien previamente había contratado al agresor sexual de una niña de 14 años en Ciudad Obregón, Sonora, como Director General de la Unidad de Políticas y Estrategias para la Construcción de la Paz en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
El escándalo destapado por la periodista Dolia Estévez en su columna en donde publicó el número de la Averiguación Previa con la que el flamante cónsul mexicano fue acusado de estupro en el año 2011 en Sonora, puso en evidencia el poco rigor con el que algunos funcionarios de la Cuarta Transformación contratan y otorgan nombramientos a personajes de muy dudosa honorabilidad, pues antes de que el canciller Marcelo Ebrard aceptara otorgarle el nombramiento diplomático para representar a México en Las Vegas, Alberto Barrera Castro ya había ocupado una posición importante nada menos que en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Este martes tras la revelación periodística que trascendió al país y tuvo impacto hasta en los Estados Unidos, donde los escándalos del “Me Too” y las recientes acusaciones contra la red de pederastia del empresario Brian Epstein, quien se suicidó en prisión tras ser acusado de controlar un esquema de abuso y explotación sexual de menores de edad en el que participaban políticos y empresarios estadounidenses y que además era amigo personal del presidente Donald Trump, el propio secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard anunció en su cuenta de Twitter que había ordenado la suspensión del nombramiento del cónsul Barreras Castro, y le pidió intervenir al Comité de Ética de la cancillería.
Ebrard tuvo que sacar la cara y destituir a un recomendado de Alfonso Durazo, quien también intentó deslindarse rápidamente del escandaloso caso de su excolaborador, con un mensaje en su cuenta de Twitter:
“En relación al artículo publicado por Dolia Estévez el día de hoy, expreso mi pleno respaldo a la decisión del canciller Marcelo Ebrard. He dado instrucciones a los órganos correspondientes de la SSPC para apoyar sin reservas al Comité de Ética de la SER”, dijo Durazo.
Lo que no explicó el secretario de Seguridad es por qué él recomendó a Barreras Castro para ocupar ese consulado y por qué lo contrató y le otorgó un nombramiento tan importante si había antecedentes de su paisano sonorense.
La periodista Estévez publicó que en mayo de 2011 el juzgado cuarto de primera instancia de lo penal de Ciudad Obregón, giró orden de aprehensión en contra de Barreras por el delito de estupro (relaciones sexuales con menores de edad) pero quedó libre tras el pago de fianza y una negociación de compensación económica con la familia.
Lo más grave del caso es que la denuncia de los antecedentes de Alberto Barreras Castro ya se había hecho pública desde que éste fue dirigente de Morena en el comité Municipal de Cajeme.
Pero entonces se desecharon los señalamientos en su contra argumentando que se había realizado una búsqueda del expediente y éste no había sido encontrado en los archivos del Juzgado Cuarto de Primera Instancia de lo Penal de Cajeme.
Hoy que la periodista publicó el expediente número 141/2011 y dijo tenerlo en su poder, se sabe que el ahora cónsul destituido mandó desaparecer el expediente del juzgado referido para tratar de borrar el delito grave de su pasado.
La pregunta que queda después de la vergüenza para el Servicio Diplomático Mexicano es si ¿el secretario Durazo desconocía los antecedentes penales graves de su colaborador y recomendado y si aun así lo contrató y después lo promovió para que fuera enviado como representante a Las Vegas?
Mucho se dice que las cosas en la 4T cambiaron o están cambiando.
Pues en este caso, donde se sigue contratando a amigos o recomendados sin importar su historia y sus antecedentes, y donde además se nombra como embajadores o cónsules del país a personas sin experiencia diplomática pero con “palancas” y recomendaciones dentro del gobierno, parece que nada ha cambiado y en el gobierno del presidente López Obrador se sigue actuando igual que lo hicieron en su momento el PRI y el PAN…
Los dados mandan doble Escalera.
Mejora el tiro.