La desconfianza en instituciones: un fenómeno global
"La desconfianza en instituciones: un fenómeno global", escribe Mauricio Meschoulam en #ColaboraciónEspecial
Quizás porque este es un año electoral en la mayor parte del planeta, este tema está penetrando como hacía tiempo no lo notábamos, pero en realidad el fenómeno no es nuevo. No obstante, por más años que llevamos hablando de ello, la desconfianza en las instituciones en el mundo sigue en aumento. Esto no es, de ninguna manera, lo único que explica los ascensos de las extremas derechas en Europa, el respaldo a Trump en EU o las victorias de candidatos que no son políticos tradicionales en regiones como América Latina. Hay muchos otros factores económicos, demográficos, sociales e internacionales que habría que incorporar a la ecuación. Pero, específicamente el factor de la desconfianza tiene que ser leído con más detenimiento ya que de ahí se derivan otros fenómenos como, por ejemplo, el crecimiento en cascada de las teorías de conspiración o la tendencia a confiar no en la “verdad” que procede de la evidencia, sino en la verdad que “sentimos”. Veamos:
1. De acuerdo con Cass Sunstein (2016), el mayor predictor de que alguien crea en una teoría conspirativa es su creencia previa en otra conspiración. Este tema no es menor. Investigación conducida hace unos años por instituciones como Harvard revela que: (a) las noticias falsas tienen un mucho mayor alcance e impacto que las noticias verdaderas. Un tuit con información falsa tiene 75% más probabilidades de ser retuiteado y puede llegar hasta 100 veces más lejos que un tuit con información real, y (b) la principal puerta de entrada en el proceso de radicalización de extremistas de derecha es a través de sitios de internet que hablan de teorías conspirativas.
2. La penetración de las teorías conspirativas tiene un componente de crecimiento orgánico a raíz de los algoritmos que utilizan las redes sociales, pero ello también es asistido por actores internos y externos al servicio de sus agendas.
3. Sin embargo, el factor subyacente es el de la desconfianza: Según el barómetro de confianza Edelman 2023, en la mayor parte del mundo existe una altísima desconfianza en instituciones como gobiernos o medios de comunicación tradicionales. “Los gobiernos y los medios alimentan un ciclo de desconfianza”, dice el reporte, “y son vistos como fuentes de información desorientadora”. El nuevo barómetro de confianza Edelman de 2024 indica que países como Alemania o Francia—dos de los sitios en donde las últimas elecciones del parlamento de la UE mostraron enormes avances de la derecha extrema—se encuentran en la “zona roja de la desconfianza”, al igual que muchos otros países europeos, o al igual que Estados Unidos.
4. Acá el punto es que se trata de percepciones no solo acerca de la ineficacia de las instituciones tradicionales (a veces asociadas a factores económicos como las crisis o la inflación, a veces a factores políticos como la tolerancia a la migración) sino también acerca de (a) lo distante que se percibe a la política tradicional de los asuntos y problemas cotidianos, (b) el hartazgo percibido cuando este distanciamiento es ignorado o incluso a veces promovido desde esas élites lejanas.
5. Esto se conecta con otros factores como el sentimiento acerca de que la información es manipulada por los gobiernos y por los medios tradicionales. Los resultados de nuestra investigación en México a lo largo de una década son consistentes con esos datos.
6. Esto arroja enormes tareas que no han sido adecuadamente atendidas a pesar de años de discusiones al respecto: Se necesita estudiar más a fondo no solo lo que hermana a tantos países, sino a esas instituciones y gobiernos que sí son capaces de generar confianza y romper la brecha arriba indicada.