Deuda de EU y el recorte de la gira de Biden: Tres ángulos

"Deuda de EU y el recorte de la gira de Biden: Tres ángulos", escribe Maricio Meschoulam para #ColaboraciónEspecial

Iba a haber fiesta nacional en Papúa Nueva Guinea por la visita del presidente estadounidense. Pero más importante, Biden iba a firmar pactos estratégicos de seguridad con ese país y con los Estados Federados de Micronesia. Luego, Biden tenía previsto reunirse con los líderes del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad), que incluye a Estados Unidos, Japón, India y Australia, en Sídney. Sin embargo, el presidente estadounidense tuvo que recortar su gira para atender las negociaciones con el Congreso sobre el techo de endeudamiento de su país. Hay al menos tres ángulos desde los cuales se puede analizar este tema. El primero es ese, la geopolítica en Asia; el segundo es el del techo de la deuda y la política interna en EU; el tercero es mucho más hondo y lo conecta todo: el debate sobre si estamos o no ante el declive relativo de EU, una añeja discusión que hoy reemerge con fuerza.

Ese último tema necesita pensarse a fondo pues si lo vemos con detenimiento, el escenario "positivo" sería que al Gobierno estadounidense se le autorice endeudarse más.

Hay que comprender que EU opera con un presupuesto altamente deficitario, lo que está teniendo implicaciones de corto, mediano y largo plazo. Es decir, la superpotencia es una máquina generadora de deuda; hace ya bastante que los recursos no le alcanzan para mantener a flote, todas al mismo tiempo, sus muy diferentes agendas geopolíticas. De hecho, los datos indican que en poco tiempo Washington estará gastando más en el pago de sus intereses que en su presupuesto militar.

Este fue el panorama que, entre otras cosas, hizo a Obama reevaluar la posición estadounidense en el mundo. Su doctrina consistió en recortar el número de terrenos internacionales en los que Washington estaba interviniendo, priorizar aquellos sitios en donde la superpotencia debía participar de manera directa y, en cambio, permitir que fuesen sus aliados locales quienes operaran en donde EU prefería no operar salvo de manera limitada. Por razones diferentes (relacionadas con su "America First"), Trump llegaba a conclusiones similares. Para él, por poner un caso, la suspensión de ejercicios militares conjuntos en Corea del Sur tenía que ver con el costo de esos ejercicios y con lo mucho que se podría "ahorrar a los pagadores de impuestos" de su país. La cuestión, no obstante, es que el déficit siguió haciendo a la deuda crecer sin parar, mucho más cuando su reforma impositiva, muy popular y eficaz en el corto plazo, contribuyó a ir secando las arcas del tesoro.

De su parte, podemos afirmar que tanto Moscú como Beijing percibieron desde hace tiempo ese potencial declive relativo de EU (algo que fue expresado varias veces por funcionarios y líderes de ambos países), declive que se manifestaba en su incapacidad y/o indisposición para hacer prevalecer su liderazgo e influencia en todas las esferas que anteriormente ocupaba, además de sus desventajas en las carreras armamentista y tecnológica.

La realidad es que a la superpotencia no le sobran los recursos en estos tiempos en los que tiene que lidiar con la deuda más grande de su historia -con todo y sus no pocos intereses- y en los que se sigue debatiendo el tamaño del déficit fiscal con el que se debe operar. En palabras simples, EU no tiene hoy ya la capacidad de estar en todas partes al mismo tiempo, cubriendo todas las áreas que requeriría para sostenerse como la máxima potencia del globo, y, además, mantener la vanguardia tecnológica que mantuvo durante las últimas décadas. Estos factores tienden a provocar vacíos que activan la competencia y en última instancia, el conflicto.

De eso se trata, en el fondo, el recorte de la gira de Biden por Asia.