Perspectivas en torno a los “autos chocolate”
Perspectivas en torno a los “autos chocolate”, escribe María Teresita Estefanía Anguamea Martínez en #FueraDeRuta.
Desde hace varios años se observa entre el tráfico que circula en Hermosillo, vehículos con placas oficiales y unidades de procedencia extranjera, también conocidos como “autos chocolate” o “chuecos”, con placas no oficiales proporcionadas por alguna organización social.
La Encuesta de Percepción Ciudadana 2020, publicada por Hermosillo ¿Cómo vamos?, estimó que el 10.1% de los Hermosillenses utilizan un vehículo afiliado como medio de transporte. Se debe agregar que, en comparación con los resultados del año 2019, hubo un aumento del 3.8% en el uso de estas unidades, dicho aumento es considerable ante la disminución del uso de transporte público.
Sin embargo, cabe resaltar que no existe una cifra exacta que indique la cantidad de “autos chocolate” en Sonora o México, lo cual visibiliza una dinámica que surgió como una alternativa de movilidad frente a la variedad de vehículos nacionales, pero se le prefiere por tratarse de vehículos a un precio económico y ser de fácil adquisición.
Es importante agregar que un vehículo afiliado que porta placas no oficiales de una organización social no debe de considerarse que está de manera legal dentro del país, ni mucho menos que tiene un permiso para circular, sino por el contrario, sólo puede identificarse como un vehículo cuya situación jurídica está pendiente de ser regularizada.
En ese sentido, la ley aduanera establece diversos regímenes aduaneros, como la importación definitiva, para que estos vehículos puedan importarse al interior del país y permanezcan de manera legal. No obstante, la realidad es que los requisitos resultan un tanto inaccesibles para los usuarios, pues en la mayoría de los casos no se cuenta con la documentación requerida, el vehículo es de un año-modelo diverso a los permitidos y el pago de los impuestos para realizar la importación resulta elevado.
Esto trae consigo que cada vez sean más las personas las que acuden a alguna organización social para afiliarse y protegerse bajo la defensa que les ofrecen. Con ello, la presencia de organizaciones sociales que buscan la legalización de las unidades extranjeras se ha hecho notoria cada año, puesto que, a finales de 2020 se contabilizaron alrededor de 14 agrupaciones en Sonora.
Las organizaciones sociales y los “autos chocolate” en la ciudad generan diversos puntos de vistas, donde la mayoría de los ciudadanos que conducen un vehículo nacional mantienen una posición negativa al considerar injusto que los conductores de vehículos afiliados no paguen impuestos por dicha unidad, les molesta que no porten placas oficiales y que no puedan ser identificados, especialmente durante algún accidente automovilístico. Sin embargo, consideran permisible cuando un vehículo afiliado es utilizado para trabajar o una emergencia.
Ahora bien, quienes tienen un “auto chocolate” y forman parte de una organización social, perciben tener una protección que evita el decomiso de su vehículo, un apoyo y representación de quienes buscan la regularización de las unidades y están conscientes de que no pagan los impuestos por el vehículo que conducen. Estos ciudadanos, son quienes están más esperanzados en tener una solución a la situación jurídica de sus vehículos, por lo que se muestran dispuestos a pagar los impuestos correspondientes, siempre y cuando logren obtener la importación definitiva de su vehículo y placas oficiales.
En definitiva, hay diversas opiniones en torno a esta problemática, pero independientemente de las perspectivas que se generan, se considera que para poder conseguir una solución definitiva es necesario conocer la cantidad exacta y las características de los “auto chocolate” que se encuentran en territorio mexicano. Además, se necesita la presencia de una voluntad política unida que formule e implemente una política pública que concluya con esta situación, puesto que el desconocimiento de la problemática ha generado la aplicación de soluciones parciales y el aumento de dichas unidades en el país.