Elecciones en Estados Unidos, una moneda al aire
"Elecciones en Estados Unidos, una moneda al aire", escribe Irene Selser en #Entrevías
Medidas de seguridad excepcionales han sido dispuestas por las autoridades de Estados Unidos para proteger la jornada electoral del 5 de noviembre con cierre de calles, intensificación de patrullajes policiales y custodia de los voluntarios encargados del recuento de votos, según ha informado la prensa local. Como ninguna otra, la contienda presidencial está rodeada de incertidumbre ante unos resultados que nadie se atreve a adelantar. Hasta ayer, el promedio de las encuestas del New York Times muestra que la candidata demócrata y actual vicepresidenta Kamala Harris lleva una ventaja de menos de un punto porcentual, 49% a 48%, un empate técnico frente a su rival y expresidente republicano Donal Trump, su ventaja más pequeña desde mediados de agosto.
Es en la defensa de la democracia y en una agenda de reconstrucción social que ella llama “economía del cuidado”, enfocada en la clase media, donde Kamala Harris ha centrado su campaña. Con 60 años recién cumplidos, la exsenadora y exfiscal general de California, la primera mujer y la primera persona de ascendencia india (por su madre tamil) y afroamericana (su padre jamaiquino) en ocupar la vicepresidencia de la Unión Americana anticipó tres programas de ayuda que incluyen inversiones millonarias en infraestructura y viviendas, reducción de impuestos para familias trabajadoras y más carga impositiva para los ricos y las grandes corporaciones. Mientras promete continuar con la política de Biden de reducción del costo de las medicinas, la atención médica y los alimentos, ofrece enfocarse además en otros puntos centrales como la inmigración y los derechos reproductivos de la mujer (proaborto), así como en Medio Oriente y la devastadora guerra de Rusia en Ucrania.
El tema de la inmigración es quizás el talón de Aquiles de Harris por el giro que su partido dio bajo la administración Biden. Los demócratas insisten en que los migrantes deben ser tratados “con dignidad” y ofrecen opciones legales de ingreso y regulación, como el programa Parole y Parole in Place, pero han impuesto sanciones para la entrada ilegal y se pronuncian por acabar con la migración irregular. Sobre el aborto, Harris es más clara y promete sin medias tintas restaurar este derecho, vigente en EE. UU. desde 1983 hasta 2022, cuando la Corte Suprema dictó el fallo Dobbs echando sorpresivamente por tierra el derecho al aborto a nivel federal vigente durante medio siglo.
Como en noviembre de 2016, cuando se impuso a la demócrata Hillary Clinton, Trump centró ahora su campaña en la economía y la migración desde una perspectiva racista y xenófoba, no obstante tendría a su favor una parte del voto latino y el núcleo duro y fortalecido de sus bases.
Hasta ayer, unos 50 millones de estadunidenses y naturalizados habían votado de forma anticipada en presencia o por correo, de un total de 240 millones de electores. Según el Laboratorio de Elecciones de la Universidad de Florida, 39.5% de los votos anticipados fueron ejercidos por demócratas, 36.3% por republicanos y el tercio restante por independientes o de partidos de menor representación. La mayoría de votantes han sido mujeres (54.1%), hombres (44%) y mayores de 65 años (41.7%). La UF no dio una interpretación del componente electoral, pero queda expuesta la baja participación de votantes de 18 a 30 años, el sector de población al que tanto Harris como dos de sus principales respaldos, el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle buscan cooptar, junto a hispanos y negros. Al respecto, son muchas las celebrities de ambas comunidades pertenecientes al mundo de la música, el deporte y de Hollywood que han expresado su respaldo a Harris y en contra de Trump, el cual podría hacer retroceder al mundo 75 años, previo a la II Guerra Mundial, con sus políticas proteccionistas y aislacionistas en caso de ser reelecto, como opina el analista Jacob Heilbrunn, editor de la publicación The National Interest, en entrevista con BBC Mundo.
Leonardo DiCaprio, Taylor Swift y Beyoncé cuya canción “Freedom” ha sido usada por la campaña de Harris salieron en defensa de su voto, lo mismo que los puertorriqueños Ricky Martin y Bad Bunny, insultados indirectamente en un mitin de Trump por el comediante Tony Hinchcliffe, quien en el Madison Square Garden de Nueva York llamó el domingo a Puerto Rico “una isla flotante de basura”. En un video en Instagram, el cantante Bad Bunny respondió: “Estamos libres de odio, pero esta raza no es pendeja (…) tenemos las faldas y los pantalones bien puestos”, son algunas frases del narrador del clip, el actor también puertorriqueño Benicio del Toro. Ciertamente, casi medio millón de puertorriqueños viven en Pensilvania, uno de los siete estados clave con Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada que podrían definir la votación por la cantidad de votos electorales que aportan al Colegio Electoral (93 de 538), la instancia que finalmente determina quién gana una elección por el sistema de democracia indirecta. Se necesitan al menos 270 votos electorales para ganar.
Analistas en Washington temen que si Trump pierde frente a Harris se repitan los disturbios del 6 de enero de 2021, cuando una turba de sus partidarios de extrema derecha irrumpió en el Capitolio en un intento de autogolpe de Estado desconociendo el triunfo de Biden. En una entrevista con Fox News, Trump calificó a los demócratas de pernicioso “enemigo interno”, especuló con la intervención del ejército y poco después se negó a comprometerse a una transferencia pacífica del poder cuando fue presionado por un entrevistador en un foro económico en Chicago.