Formas innovadoras para combatir el crimen

"Formas innovadoras para combatir el crimen", escribe Marco Paz en El Poder de las Ideas

La violencia y el crimen son un grave y creciente problema en México y en el mundo. Las tasas de delincuencia de todo tipo crecen sin parar. Los homicidios dolosos, que son los que más impactan la percepción de inseguridad de la población, aumentan al igual que los delitos de género, los patrimoniales y la violencia familiar.

Las diferentes estrategias gubernamentales basadas en enfrentamientos de la delincuencia organizada y común han fracasado, pese a los importantes presupuestos públicos invertidos. Tampoco han sido exitosas las tácticas de atención a las causas a través de la implementación de programas sociales, de promoción de la cohesión y el capital social. Al menos no lo han sido en sus primeros años, de acuerdo con los análisis y evaluaciones basadas en evidencia.

Por ello, algunos académicos, investigadores y expertos han propuesto intentar otras alternativas más innovadoras para acabar con este terrible cáncer. Este es el caso dos estrategias en materia de readaptación y reinserción social que quisiera compartir: 1) reducción de la delincuencia por medio de terapias conductuales y dinero en Liberia, un marginado país africano; y 2) el programa de ingresos garantizado para exconvictos en Florida.

En Liberia, un grupo de investigadores relacionados con la Universidad de Chicago documentaron un programa experimental, de más de 15 años de aplicación llamado Transformación Sostenible de la Juventud en Liberia, que combina la terapia conductual con el apoyo de un poco de dinero (https://bit.ly/3x5SYPX).

El programa se basa en ofrecerle a delincuentes “en alto riesgo de cometer delitos violentos ocho semanas de Terapia Cognitiva Conductual (TCC). La TCC es un método popular basado en la evidencia para tratar problemas como la ansiedad, pero fue adaptado para tratar problemas como la violencia y el crimen”.

Un consejero reúne a 20 participantes del programa y practican “cambios de comportamiento específicos, como controlar la ira y ejercer el autocontrol. También ensayan probando una nueva identidad no relacionada con su comportamiento anterior, cambiándose de ropa y cortes de pelo y trabajando para reintegrarse a la sociedad en general a través de deportes comunitarios, bancos y más”.

Se “decidió realizar un gran ensayo controlado aleatorio con 999 de los hombres más peligrosos de Monrovia, la principal ciudad de Liberia, reclutados en la calle”. Los resultados fueron prometedores: el crimen y la violencia se redujeron 50%.

“10 años después, los hombres originales del estudio fueron relocalizados y reevaluados. Sorprendentemente, el crimen y la violencia aún se redujeron 50% en el grupo de terapia. Se estima que hubo 338 delitos menos por participante durante 10 años. Dado que la implementación del programa había costado $530 por participante, eso equivale a $1.50 por delito evitado”.

Cabe señalar que, “el dinero en efectivo que recibieron los participantes les permitió dedicarse unos meses a una actividad comercial legítima, por ejemplo lustrar zapatos, después de que terminó la terapia. Eso significó unos meses más para cimentar su nueva identidad no criminal y cambios de comportamiento: básicamente, les dio tiempo para practicar”.

Otro caso innovador ocurre en Florida. Se trata del programa Just Income GNV, que “lanzó un experimento de ingresos garantizados para personas que estuvieron anteriormente encarceladas en el condado de Alachua, Florida. En enero de 2022, la primera mitad de los participantes en el programa recibió mil dólares cada uno. Durante los próximos 11 meses, recibirán 600 dólares cada uno por mes como una transferencia de efectivo incondicional” (https://bit.ly/3GUgGmB).

El programa se basa en que “las personas anteriormente encarceladas se enfrentan de manera desproporcionada a grandes dificultades financieras, incluidos problemas para encontrar trabajo y vivienda. Este efectivo se puede usar para encontrar o mantener una vivienda estable, pagar multas y tarifas para evitar la reencarcelación, invertir en educación o cualquier cosa que las personas necesiten para ayudar en el reingreso”.

“Los estudios muestran consistentemente que los destinatarios no son más propensos a gastar dinero en alcohol y drogas. Las personas tampoco dejaron de trabajar en la gran mayoría de los experimentos de ingresos garantizados”.

Llegó el momento de buscar nuevas alternativas para resolver la grave crisis de inseguridad y violencia que padecemos. Los ejemplos comentados abren nuevas posibilidades.