La invasión de las drogas sintéticas

"La invasión de las drogas sintéticas", escribe Marco Paz Pellat en #ElPoderdelasIdeas

Si todo cambia en un mundo ávido por lo novedoso, ¿por qué no tendría que cambiar el mercado de las drogas? Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2022, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (bit.ly/3Jsr6M0), “alrededor de 284 millones de personas de entre 15 y 64 años consumieron drogas en todo el mundo en 2020, lo que supone un aumento de 26% respecto a la década anterior.

“Las personas jóvenes están consumiendo más drogas y los niveles de ingesta actuales en muchos países son más altos que los de la generación anterior”.

Un documento reciente, elaborado por los los Comités Ciudadanos de Seguridad Pública de Sonora y de Hermosillo (https://sonora.ccsp.mx), alerta de los nuevos peligros de las drogas ante un cambio estructural en el mercado de las drogas: pasamos de las “drogas extraídas de plantas” a las “drogas sintéticas”.

Dentro del grupo de las drogas sintéticas, destacan las metanfetaminas (cristal), que son clasificadas como de riesgo elevado y el fentanilo que se identifica como de riesgo muy elevado. Estas drogas generan una rápida y poderosa adicción y requieren un menor esfuerzo de producción y transporte, y generan grandes ganancias.

Mientras que para la producción de un kilo de marihuana se requieren entre 5 y 6 meses y generan una utilidad neta de 110 dólares al llegar a las calles de Estados Unidos; para la producción de pastillas de fentanilo bastan dos horas y representan una utilidad de 195,000 dólares, según un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional. En el caso de las metanfetaminas, un kilo se puede producir en cualquier cocina casera también en dos horas, con una ganancia en el mercado de 3,150 dólares.

Los principales precursores para la fabricación de las drogas sintéticas provienen de laboratorios ilegales ubicados en el continente asiático, principalmente de China y llegan a nuestro país vía marina.

La ONU asevera que “el tráfico de metanfetamina continúa expandiéndose geográficamente; 117 países informaron sobre incautaciones de metanfetamina entre 2016 y 2020, frente a 84 que lo hicieron entre 2006 y 2010. Por su parte, las cantidades de metanfetamina incautadas se quintuplicaron entre 2010 y 2020.

“En Estados Unidos y Canadá, las muertes por sobredosis, provocadas principalmente por la epidemia del uso no médico del fentanilo, siguen batiendo récords. Las estimaciones en Estados Unidos apuntan a más de 107,000 muertes por sobredosis en 2021, frente a unas 92,000 en 2020” (bit.ly/3Jsr6M0). Cabe mencionar que en 2011 las muertes eran 2,700. Un crecimiento de 400 veces más.

El grado de adicción y potencia de las drogas sintéticas es altamente preocupante. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades del país vecino, el fentanilo es 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína.

Frente a esta nueva epidemia mundial, Naciones Unidas recomienda “destinar los recursos y la atención necesarios para hacer frente a todos los aspectos del problema mundial de las drogas, incluida la prestación de asistencia basada en la evidencia a todas las personas que la necesitan, y debemos mejorar la base de conocimientos sobre la relación de las drogas ilícitas con otros retos urgentes, como los conflictos y la degradación del ambiente.

“El informe destaca, además, la importancia de movilizar a la comunidad internacional, a los gobiernos, a la sociedad civil y a todas las contrapartes para que adopten medidas urgentes de protección, entre ellas reforzar la prevención y el tratamiento del consumo de drogas y afrontar la oferta de drogas ilícitas”.

Es urgente reaccionar de manera decida ante los nuevos riesgos de las drogas sintéticas para proteger a nuestros niños y jóvenes. La presencia de estos fármacos en nuestras calles es ya una realidad y puede traernos mayores problemas. Es tiempo de reaccionar inmediatamente. No podemos perder esta batalla.