Calor, sequía e inundaciones

"Calor, sequía e inundaciones", escribe Marco Paz Pellat en #ElPoderdelasIdeas

Del cambio climático hemos venido hablando en los últimos diez años con cierta intensidad. Hay quienes creen que es una terrible realidad y otros dicen que es una exageración de los ambientalistas, y de líderes políticos buscan protagonismo.

Sin embargo hay hechos que no pueden ser negados: el incremento del promedio de la temperatura en el planeta y sus consecuencias en el deshielo de glaciares, el incremento del nivel del mar y mayores desastres naturales en diferentes partes del mundo, como son las sequías y las inundaciones.

De acuerdo con la Organización Metereológica Mundial, los datos del calentamiento global son muy preocupantes:

- Para cada año comprendido entre 2022 y 2026, se prevé que la temperatura media anual en superficie del conjunto del planeta sea entre 1.1 °C y 1.7 °C superior a los niveles preindustriales, que corresponden a la media del periodo 1850-1900.

- En comparación con la media de 1991 a 2020, el régimen pluvial previsto para 2022 sugiere una mayor probabilidad de condiciones más secas en el suroeste de Europa y el suroeste de América del Norte, y una mayor pluviosidad en el norte de Europa, el Sahel, el noreste de Brasil y Australia.

- En comparación con la media de 1991 a 2020, el promedio de las precipitaciones previstas para el período de noviembre a marzo entre 2022/2023 y 2026/2027 sugiere una mayor pluviosidad en los trópicos y una reducción de las precipitaciones en las zonas subtropicales, condiciones congruentes con los efectos previstos del calentamiento del clima. (https://bit.ly/3zqgoAA).

Los estragos del elevamiento de la temperatura ya están en nuestras noticias cotidianas. Las altas temperaturas de este verano en Europa y Estados Unidos han roto récords. En México estamos igual.

Inglaterra ha registrado temperaturas de 40 °C y 41 °C, rebasando el récord anterior de 38 °C de 2019. En Francia, España, Portugal y Grecia el calor ha provocado incendios forestales en más de 19 mil hectáreas y varios cientos de personas han muerto por la ola de calor.

En Estados Unidos está en alerta por alta temperaturas que afectan a 100 millones de personas en 28 estados. En Texas y Oklahoma se han registrado temperaturas superiores a los 46 °C. Por otro lado, Kentucky padece tremendas inundaciones al mismo tiempo.

Hay un hecho que llama la atención. La NASA mide el clima en el mundo y acaba de detectar el rompimiento del récord mundial, anteriormente situado en el Valle de la Muerte en California, por el Desierto de Altar en Sonora con 56.7 °C a la sombra y de 80 °C en el suelo.

Nuestro país se encuentra inmerso en una gran sequía, de acuerdo a los dictámenes de Semarnat y Conagua, por la falta de lluvias.

Las consecuencias del cambio climático ya las estamos padeciendo. Dejó de ser un tema de futuro. Tenemos que hacer cambios y esfuerzos sin precedentes para poder evitar más daños. De no hacerlo, pronto tendremos que estar tomando decisiones complejas, como limitar la agricultura o la ganadería, o la industria para poder dotar de agua a los habitantes de las principales ciudades.

Mientras los políticos en el mundo y en el país reaccionan y se ponen de acuerdo, todos estamos obligados a toma medidas, que sumadas en una gran acción colectiva, pueden ayudar a cambio el destino actual. Entre estas medidas, están las de ahorrar energía eléctrica, evitar el uso de plástico y cuando los usamos darle varios usos, separar la basura, recolectar agua para usos diferentes, cuidar que no haya fugas en nuestras casas, bañarse en un máximo de cinco minutos, entre otras.

Se nos acabó el tiempo y ahora vamos con viento en contra. De nosotros dependerá lo que suceda en los próximos años. ¿Podremos? ¿Lo entenderemos?