Pídanle perdón y liberen a Murillo
"Pídanle perdón y liberen a Murillo", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón.
En su obsesión por echar abajo la “verdad histórica”, la 4T dedicó cinco años a perseguir a quienes dirigieron las primeras y más confiables investigaciones y a facilitar la excarcelación de asesinos que habilitó y adoptó como “testigos colaboradores”.
Sin embargo esta semana (a nueve años de la noche de Iguala), el presidente López Obrador reivindicó la esencia de lo que a cuatro meses del crimen informó el entonces procurador Jesús Murillo Karam: los autores fueron delincuentes coludidos con autoridades locales de Guerrero.
Para vergüenza y desgracia: el caso está teniendo un patético giro de pastelazo.
Murillo Karam es quien encabezó las investigaciones que nadie ha podido echar abajo; es el más prominente personaje llevado a la cárcel por el efecto corruptor del desastre generado por el GIEI, la comisión de la verdad y la Fiscalía General de la República, bajo las demenciales acusaciones de tortura, desaparición forzada y delitos contra la administración de justicia.
Pero, ¿qué hizo de veras que se pueda comprobar?:
- Jamás dijo que todos, sino un “gran número” de Los 43 fueron victimados en el basurero de Cocula.
- Dejó abierta la investigación (nunca dijo que la entregaba cerrada).
- Lideró las diligencias, búsquedas y averiguaciones los dos primeros años con más 500 elementos entre policías, peritos en distintas especialidades y personal de inteligencia (adicionalmente, la Federación desplegó como 10 mil elementos de la Policía Federal, Ejército, Marina y Cisen; se usó una treintena de helicópteros para la búsqueda y el propio Murillo acompañó a periodistas al basurero revelado por los homicidas).
- Solicitó el apoyo del FBI para los análisis telefónicos; recurrió a expertos de la UNAM, IPN, del Instituto Mexicano del Petróleo y los mejores nacionales e internacionales, y se aseguró (en el periodo 2014-2015) de que se realizaran más de 800 búsquedas y mil 300 peritajes en diversas especialidades.
- Tuvo reuniones con los padres de los muchachos y en Chilpancingo e Iguala participó en sesiones interinstitucionales; instruyó la integración de una mesa de información con autoridades de los distintos niveles de gobierno para recibir reportes en tiempo real sobre los avances en las indagaciones; creó un número 800 para recibir tips y ofreció recompensas.
- Con la finalidad de transparentar las investigaciones, les abrió las puertas al insidioso GIEI y al Equipo Argentino de Antropología Forense, ordenando se les diera acceso a todo el expediente del caso y, tanta fue su apertura que, por petición de los argentinos, autorizó que participaran en la selección de las muestras de restos para su envío a la universidad austriaca de Innsbruck (por ser una de las instituciones más reconocidas del mundo en antropología forense).
¿Murillo culpable de tortura, desaparición forzada y delitos contra la administración de justicia?
Va de nuez: padres, representantes y autoridades debieran ofrecerle disculpas y devolverle su libertad…