La monserga de las autonomías

Difícil entender que las haga suyas, pero más complicado es dar con quienes fabrican las mentiras que Andrés Manuel López Obrador esgrime para justificar algunas de las más insensatas pero trascendentales decisiones de su gobierno.

Insuperable se antoja la contribución a la superchería física del contratista José María Riobóo, patrón del encargado del proyecto aeroportuario civil en la base militar de Santa Lucía y autor del axioma: "Los aviones no chocan, automáticamente se repelen…”.

Algo de lo que el Presidente ha hecho suyo proviene de su secretaria de la Función Pública, Eréndira Sandoval, para el asalto a instituciones autónomas a las que se les trata como bandas del crimen organizado.

La funcionaria verbalizó ayer las patrañas que se han montado contra el presidente de la Comisión Reguladora de Energía, Guillermo García Alcocer: se le investiga por un posible conflicto de interés, a pesar de que él mismo desmanteló desde el viernes el infundio. La secretaria hincó la suerte: García Castellanos es "pariente por afinidad en cuarto grado del primo hermano de su cónyuge, director de Santa Fe Natural Gas, filial de una permisionaria de la Comisión Reguladora de Energía denominada Fermaca”, que "él ha reconocido como vinculada a su familia. En esta fecha, el servidor público ya era presidente de la institución" y él mismo "pudo haber gestionado o auspiciado".

Con razón López Obrador acusó a García Alcocer del imaginario “conflicto de interés”, y este lunes generalizó y descargó la ofensa de que es todo esto "una gran farsa: se engañó al pueblo de México haciendo creer que se necesitaban instancias autónomas de expertos independientes, porque el gobierno no podía atender los asuntos relacionados con la Comisión Federal de Electricidad y con Pemex…”.

La injusta embestida contra las instituciones autónomas , a las que el Presidente relaciona con un maligno plan neoliberal para beneficiar a la "minoría rapaz" y mantener en la miseria al "pueblo sabio y bueno", es directamente proporcional a la concentración de facultades de las que López Obrador llegó a ufanarse: "Tengo las riendas del poder…” .

Con sobrados signos de que los abomina por su autonomía, también están bajo la mira el Banco de México, el Instituto Federal Electoral, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, el Consejo Nacional de Evaluación Educativa y el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.

Y ojo: más de dos meses después de la omisión, en la iniciativa de contrarreforma educativa sigue sin restituirse el párrafo de la fracción VII que, “debido a un error en la captura mecanográfica”, se suprimió… la autonomía universitaria.

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