La estulta boda de dos íngaros

"La estulta boda de dos íngaros", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón

Ignorantes de que el asesino que reverencian los habría vuelto jabones de El perro agradecido, Josefina y Fernando contrajeron matrimonio en una parroquia de Tlaxcala, ella de blanco y él con uniforme de las Waffen SS.

Lo hicieron el 29 de abril, misma fecha pero de 1945 en que Hitler y Eva Braun se casaron (y al día siguiente se suicidaron).

El insólito acontecimiento lo reveló Milenio este lunes y, de no ser por las fotografías de Jorge Carballo, cualquiera pensaría que se trataba de una invención.

“Si no hubiéramos encontrado misa para hoy, nos habríamos casado hasta el otro año”, dijo el novio.

La mutua afición por los nazis es añeja: la boda civil fue hace cinco años en Ecatepec, también el 29 de abril, el novio con el mismo atuendo y la novia con una suástica prendida en su vestido. En esa localidad mexiquense, con amistades afectadas de la misma simpatía, los enamorados suelen recrear lo que imaginan batallas de la Segunda Guerra Mundial.

La ceremonia religiosa fue en el templo de la Santa Cruz de Tlaxcala, ciudad en que, ante el escándalo desatado, ya corre el chisme de que la Diócesis quiere deshacerse del sacerdote que sacramentó el enlace.

De su cuate cura, Fernando se ufana:

“La vez que bauticé a mis dos hijos también vine uniformado y no me dijo nada”.

Del texto de Milenio:

Al niño le llamaron Reinhard por el general Reinhard Heydrich, el líder máximo de las SS. Y a la niña, Hanna Gertrud. Por Hanna Reitsch, una célebre piloto del ejército nazi que, según el mito, rescató a Hitler del búnker donde estaba agazapado. Y por Gertrud Scholtz-Klink, la que fuera presidenta de la Liga Nacional de Mujeres Nacionalsocialistas.

La desposada cuenta:

“Yo no sabía mucho de la historia pero me la contó mi esposo y lo apoyo porque tengo a un marido responsable” y su familia no la juzga.

Fernando, pelado a la Hitler haircut o a la Peaky Blinders, carga con un quepí que tiene zurcido el emblema del águila imperial; trae una bocamanga con el nombre de la primera división de las Waffen SS: División Adolf Hitler; en el saco se ha colgado la Cruz de Hierro y otras insignias rúnicas de las SS; sus manos están apretadas de anillos de la división Vikingo; las botas federica brillan igual que las llantas del vochito; y trae fajada la réplica hecha en Japón de una Walther CP99, la pistola de Hitler y de James Bond...

Pregunta innecesaria y respuesta sin desperdicio:

–¿Admiras a Hitler?

–Sí, sí. Sé que para mucha gente es un genocida, un símbolo del racismo y de la violencia, pero la gente juzga sin tener información o por creer en la historia de los vencedores. Hitler era vegetariano, sacó a su país de la pobreza extrema y le devolvió a su pueblo los territorios perdidos en la Primera Guerra Mundial. Su gente lo amó. Nos han hecho creer que Hitler era un racista, pero se acercó a saludar a Jesse Owens en las Olimpiadas de 1936”.

¿Te cai, hijín?

Pues ¡Heil, Heil Heil! patético, rete canijo y lamentable Fer…