AMLO, santa muerte y retenazo

"AMLO, santa muerte y retenazo", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón

1.- Al avalar que Morena y sus achichincles lo asocien a una tiranía, a la santa muerte y al machismo, el presidente López Obrador confunde libertad religiosa con apología del delito:

“No tengo opinión, soy muy respetuoso de lo que hacen los ciudadanos, tienen derecho. Tiene que ver con la libertad, incluso religiosa. Se habla de muerte pero es la santa muerte. Ya tiene tiempo que se resolvió ese asunto en México (…) y se llama libertad religiosa”, dijo ayer.

Como aquí se consignó, Morena y el encargado del sistema de medios del Estado Mexicano promueven la compra-venta de playeras impresas con el emblema característico de la delincuencia y la leyenda: Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador, inspirada en la frase Aquí no se habla mal de Chávez, dedicada por sus esbirros al golpista que legó su dictadura a Nicolás Maduro.

AMLO ignora que la secta de ese culto satánico no es reconocida por la Secretaría de Gobernación, quien le canceló el registro desde 2005 porque “desvía gravemente los fines establecidos en los estatutos de la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de México”.

2.- En vez de condenar el suceso y garantizar que no vuelva a ocurrir, la retención de Claudia Sheiunbaum por una treintena de encapuchados en Motozintla, Chiapas, es interpretada por López Obrador como “propaganda” y “montaje”.

-¿Qué es lo que podría haber ahí? ¿Qué es lo que le comentaron en la mesa de seguridad, Presidente? -le preguntaron el lunes.

“Pues tenemos la información: sí fueron personas encapuchadas las que detuvieron la camioneta, el carro, en el que se trasladaba Claudia, eso lo puedo decir, grabando. Ya cuando pasan esas cosas, por la experiencia que nosotros tenemos, ya sabemos que es muy probable que sea propaganda, porque el que va a hacer un planteamiento ni va encapuchado ni está grabando. Adicionalmente se dio a conocer que estaban los de Latinus, el de Loret de Mola y era el único…”.

El insidioso comentario coincidió con el sospechosismo de la candidata cuando dijo en Tapachula:

“Ahí a la salida de Motozintla nos pararon unas personas. Decían que eran pobladores, pero lo que más me llamó la atención es que los únicos que estaban ahí eran los de Latinus…”.

Sí, ¿se fabricaron una “exclusiva”?

Y restó gravedad al asunto al decir que el incidente le pareció “algo muy extraño”.

Para disminuir también lo delicado del suceso, AMLO arguyó que los militares a cargo de la seguridad de Claudia permitieron a los encapuchados interceptar la camioneta porque “vieron que no estaban armados y estuvieron nada más pendientes…”.

No considera que hay armas blancas (en las vísperas, un asesino tipo Mario Aburto mató a puñaladas al candidato de la oposición al Ayuntamiento de El Mante, Tamaulipas) ni que el cuello de la candidata estuvo al alcance del encapuchado con quien dialogó habiendo bajado la ventanilla.

Tampoco razona que el de Latinus tuvo mejor suerte que los demás reporteros, a quienes los encapuchados del retén impidieron bajar de sus vehículos…