Calderón, en el centro de la mira

Calderón, en el centro de la mira, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón.

1 .- En diciembre, con la detención de Genaro García Luna y la afirmación presidencial de que Felipe Calderón sabía de la supuesta complicidad con la banda del “Chapo” Guzmán, publiqué aquí que se perfilaba una persecución contra quien López Obrador insiste le “robó” la elección de 2006.

2.- Hace poco, AMLO declaró que con Calderón México fue un “narcoestado”, desmesura que luego tamizó con un “se me salió”.

3.- En estos días, a la par del azuzamiento para que “el pueblo” decida si “se juzga” a sus predecesores (de Carlos Salinas de Gortari a Enrique Peña Nieto), el Presidente ha centrado su mira en uno solo: Felipe Calderón, apoyándose en los casos García Luna y Lozoya.

¿Cómo se supone que lo denunciado por el exdirector de Pemex conduce a Calderón y cómo aprovechar el contrato con Etileno XXI de 2010 que involucra a prominencias políticamente relevantes para la administración actual?

A saber: Agustín Carstens, secretario de Hacienda relevado por Ernesto Cordero, a la postre precandidato presidencial del PAN; José Antonio Meade y José Antonio González Anaya, subsecretarios de Hacienda, a la sazón titular de Energía y director general de Pemex, respectivamente; Georgina Kessel, secretaria de Energía y luego consejera de Iberdrola, firma que, según el análisis de la CFE, controla más de la mitad del mercado privado de energía eléctrica.

La gran debilidad del contrato multianual Pemex- Etileno XXI (Brasken/Odebrecht–Idesa) es que no pasó primero por el Consejo de Administración de la petrolera, pese a que algo de tanto calibre debió autorizarlo ese órgano de decisión, como quedó plasmado en el señalamiento del consejero independiente Rogelio Gasca Neri, recuperado por Lozoya en su declaración ante la Fiscalía.

La misma crítica fue compartida por otro independiente: Héctor Moreira Rodríguez.

Para entender la fragilidad jurídico-administrativa del contrato conviene reparar en la fecha: 29 de abril de 2011, con Meade como presidente del Consejo de Administración de Pemex (era secretario federal de Energía).

Y consta en el Acta 827 que Gasca Neri señaló punto por punto por qué la Administración de Pemex estaba impedida para signar un compromiso de tales alcances.

En la trama de Lozoya para acceder al criterio de oportunidad, la firma de Etileno XXI es mucho más que un caso de controversia jurídica: un contrato vigente que el Gobierno de la 4T pretende cancelar y que reúne un elenco inmejorable para efectos políticos: desde excandidatos presidenciales hasta extitulares de Hacienda y exdirectores de Pemex, todos con el común denominador llamado Felipe Calderón.

Durante su gestión como director general de Pemex, a Lozoya nunca se le ocurrió denunciar ni revisar el contrato que resucita para acceder al dichoso criterio de “oportunidad”.

No parece que a José Antonio González Anaya se le complique la existencia: es quien inició el deslinde de responsabilidades tan pronto como Lozoya fue despedido por Enrique Peña Nieto.