Alcocer deshonra su trayectoria
Alcocer deshonra su trayectoria, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón
La destartalada imagen del doctor Jorge Alcocer, secretario federal de Salud, conmueve sinceramente.
Reconoció ya como “talón de Aquiles” de la 4T la deplorable insuficiencia de medicamentos (incluidos los de tratamientos contra el cáncer infantil) y aseguró que ni a sus nietecitos les aplicaría vacunas anti-Covid.
Mientras lo decía, el Gobierno estadounidense anunciaba que serán inmunizados (con Pfizer) unos 28 millones de menores con edades de cinco a 11 años.
Esto dijo Alcocer en San Lázaro:
“Los niños tienen un sistema inmunológico de maravilla y cómo vamos a entorpecer ese aprendizaje de su sistema inmunológico, de sus células que nos defienden en toda nuestra vida, con la llegada de una estructura totalmente inorgánica como es una vacuna, desde luego en su contexto biológico es sólida, es válida, pero no lo tenemos todavía como para responderle, yo respondo: a mis nietos no los vacuno…”.
No dudo que de medicina sepa muchísimo más que yo (mi única licenciatura es mi licencia de manejo), pero leyendo y releyendo lo que dijo no he de ser sólo yo quien piensa que descalificó las vacunaciones, periódicas y masivas en todo el mundo, contra el sarampión, la difteria, el tétanos, la tosferina, la hepatitis, el rotavirus, la poliomielitis, las paperas, la rubéola, la influenza, la varicela y otras graves enfermedades.
Doctorado en Ciencias Médicas en 2007 por la “neoliberalizada” (pleno calderonato) Universidad Nacional Autónoma de México, Alcocer se especializó en Medicina Interna en el afamado Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (Salvador Zubirán), lo mismo que en Inmunología en el Tumour Immunology de la University College de Londres.
Fue el primero en demostrar que la Interleucina-2 (regulación de las respuestas inmunitarias; las interleucinas que se producen en el laboratorio se usan en el tratamiento de cáncer) no se sintetiza adecuadamente en pacientes con lupus eritematoso sistémico (el sistema inmunitario ataca por error el tejido sano, lo que puede afectar la piel, las articulaciones, los riñones, el cerebro y otros órganos). También contribuyó a la identificación y caracterización de nuevos linajes celulares como los linfocitos T reguladores y las células dendríticas (inmunitarias).
El historial del funcionario describe a quien merece reconocérsele como toda una eminencia científica y por lo mismo, supongo, en 2015 (mitad del repudiado peñanietismo), se le otorgó el Premio Nacional de Ciencias y Artes (en el área de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales) del Gobierno federal.
Desplazado en los hechos de la política pública de Salud por otro doctor (en Epidemiología), su “subordinado” Hugo López-Gatell, quien llegó a decir que no debían “desviarse” las vacunas de los adultos inyectándoselas a menores de 18 años con comorbilidades, Alcocer fue, dura y explicablemente, apabullado por la oposición en la Cámara de Diputados.
No hay manera de entender la inaudita frase “a mis nietos no los vacuno” que profirió a costa de su doctoral honra…