‘Planchan’ camino a Morena en BC

La aplanadora llamada Morena consiguió en Baja California su primer nocaut demoledor contra los partidos de oposición, muy al estilo del viejo PRI.

El Tribunal de Justicia Electoral de Baja California, impulsado por los dirigentes de Morena, resolvió ampliar de dos a cinco años el próximo periodo de gobierno de la entidad vecina.

Esto ocurre —de manera inaudita— apenas a tres meses de las elecciones locales programadas para el próximo 2 de junio.

Fue en octubre del 2014 —hace más de cuatro años— cuando el Congreso de Baja California determinó modificar los periodos de gobierno tanto para el futuro mandatario como para los alcaldes y diputados locales.

Se estipuló entonces que en las elecciones del 2019 se votaría por un gobernador de dos años y la misma duración para los cinco alcaldes de la entidad y para el resto de los legisladores.

No hubo consenso para extender el periodo a cinco años porque los partidos estimaron que empalmar la elección del gobernador con el presidente de la República en el 2024, afectaría el interés y el desarrollo de la política local.

El objetivo central fue igualar el proceso local con la intermedia federal toda vez que en dicha entidad se realizan ambos comicios con un año de diferencia lo que supone tiempo y gastos excesivos dedicados a la actividad electoral.

La aprobación fue en el 2014 cuando nadie imaginaba que Morena arrasaría en las elecciones federales del 2018, incluyendo en Baja California donde se votó por senadores y diputados federales.

Resulta que el avance de la popularidad de Morena fue tan determinante el año pasado que despertó el apetito y la ambición de quienes dirigen el partido de Andrés Manuel López Obrador.

No es lo mismo, pues, gobernar una entidad tan dinámica como Baja California por dos que por cinco años.

El PAN de Baja California se opuso enérgicamente a la decisión del Tribunal de Justicia Electoral al señalar que se trata de un capricho del virtual candidato de Morena a la gubernatura, Jaime Bonilla Valdez.

Bonilla ganó la senaduría por Morena el año pasado y posteriormente pidió licencia para convertirse en el delegado especial del gobierno federal en Baja California.

Ha construido desde hace varios años una cercana amistad con López Obrador que está a punto de conseguirle la gubernatura para los próximos cinco años.

El ahora morenista es un personaje controvertido en Baja California. Ha ocupado cargos públicos tanto en el estado de California como en Baja California y México. Su carrera empresarial ha sido exitosa en varios frentes, sin embargo nadie olvida que en 1988 fue expulsado junto con su equipo Potros de Tijuana de la Liga Mexicana del Pacífico bajo acusaciones de sobornos.

Es notoria su ambición por la gubernatura y ante la alineación de los astros a su favor, ha empujado los cambios para poder gobernar la entidad durante el periodo 2019-2024.

Pero no todo está escrito en el futuro de los bajacalifornianos. Las elecciones de junio no contarán con el factor AMLO y tampoco con el repudio hacia el gobierno peñista.

Además es probable que otro personaje de polendas —Jorge Hank Rohn— busque la gubernatura de cinco años lo que podría dividir el voto entre priistas y morenistas. A ello agregue la participación de los candidatos de otros partidos y cuando menos uno de carácter independiente.

Por Acción Nacional, ahora en serios apuros por el desastroso gobierno de Francisco “Kiko” Vega, fue designado como candidato Óscar Vega Marín, político con una buena imagen pero con una escasa popularidad.

Por lo pronto el PAN impugnará el fallo del Tribunal de Justicia Electoral mientras que el PRI y el resto de los partidos se mantienen al margen a la espera de la decisión final.

Hace treinta años Baja California se convirtió en el primer estado con un gobernador de oposición en la persona de Ernesto Rufo. ¿Pasará este año a manos de Morena luego de un férreo control blanquiazul a lo largo de cinco sexenios?

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