Lo que faltaba: vándalos impunes
Lo ocurrido en los últimos días allá en el centro del país podría ser la gota que derrame el vaso en cuanto a la tolerancia de millones de mexicanos hacia el gobierno de la supuesta cuarta transformación.
Los mexicanos –hayan votado o no por Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena—han sido extremadamente generosos con el régimen a pesar de que ha cometido infinidad de errores, algunos excepcionalmente graves.
Podríamos asegurar que la mayoría de los ciudadanos del país extendieron un cheque prácticamente en blanco al gobierno de AMLO, al menos durante el primer año de su gobierno.
A lo largo de estos primeros diez meses de la administración federal han abundado las críticas y señalamientos, pero a decir verdad es un grupo reducido de periodistas, intelectuales y analistas quienes las realizamos mientras que la mayoría del pueblo mantiene su apoyo al régimen.
Para las masas poco a nada importó la cancelación arbitraria y gravosa del aeropuerto de Texcoco. Tampoco les incumben los yerros constantes de los colaboradores cercanos de AMLO.
Pareciera que mucho menos la incapacidad del régimen para invertir en obras y proyectos redituables en aras de recuperar el avance de una economía estancada y en peligro de recesión.
Es en el tema de la violencia e inseguridad que agobia al país donde el actual gobierno ha enfrentado la mayor oposición por parte de los simpatizantes del actual gobierno, pero aún así las protestas ante este flagelo han sido aisladas, débiles y desarticuladas.
Es increíble que a doce años de iniciada la llamada guerra contra el narco por Felipe Calderón se le culpe todavía de la violencia actual cuando en su momento dicho gobierno logró pacificar algunas regiones del país lo que no hizo Peña Nieto ni ha podido lograr López Obrador.
Ahora bien el malestar que ha causado en los últimos días el vandalismo y terrorismo de los llamados anárquicos tanto en la marcha de Ayotzinapa como de grupos feministas, allá en la capital del país, podría desatar un cúmulo de protestas que hasta el día de hoy no ha enfrentado el presidente López Obrador y su gabinete.
Los desmanes cometidos por esta horda de bárbaros el jueves 26 de septiembre no tuvo nombre: fueron setenta inmuebles vandalizados y algunos quemados, entre los que se encontraban hoteles, bancos, cafés, edificios públicos, monumentos y la librería Gandhi, ícono de la cultura en México.
(Encuentre aquí la reseña de los daños en el reportaje difundido al día siguiente de la protesta por el caso Ayotzinapa: https://www.youtube.com/watch?v=j08STQjJf4E )
Lo más deplorable fue que ninguna autoridad intervino para contener esta destrucción masiva realizada por unos cien jóvenes que cubiertos con pasamontañas se dedicaron a tirar pedradas, golpear con mazos, rayar paredes y prender fuego a varias de las propiedades atacadas.
Peor todavía fueron las declaraciones del presidente López Obrador quien señaló que fueron conservadores y no anarquistas quienes realizaron los desmanes como si al pueblo le interesara la ideología de estos delincuentes urbanos.
Tan fácil que habría sido detener a varios de los agresores para conocer sus móviles y a sus patrocinadores, seguramente no se mandan solos ni tampoco es gratuita la impunidad que gozan.
Los mexicanos han tolerado por años las pifias y los excesos de los gobernantes, pero no creemos que van a permitir que el país se vaya por la borda y que se permita abiertamente las agresiones físicas y verbales contra instituciones, empresas y particulares que han sido cimiento y pilar de la economía nacional.
Noticias, noticias…
La muerte de José José cimbró a quienes vivieron los tiempos románticos de los años 70 y 80 en los que el cantante se convirtió en la mejor voz de México. Descanse en paz el príncipe de la canción y por favor que sus familiares no hagan escándalos y lo dejen reposar… Con el nombramiento del maestro Pedro Ortega Romero como rector de la Universidad Estatal de Sonora se antoja el inicio de una nueva y productiva era para esta casa de estudios que en su momento fue diseñada para igualar a la Universidad de Sonora. Sería un portento contar en Sonora con una institución educativa más sólida y de alta calidad…. Vamos a ver cuanto dura el arribista Manuel Espino Barrientos, ahora como funcionario de Morena. No pasará mucho tiempo para que se le voltee a López Obrador como ya lo hizo con Fox, Calderón y Peña Nieto.