Contraproducente, la alianza PRI-PAN
Contraproducente, la alianza PRI-PAN, escribe @joseshealy en #Actitudes.
Se comenta en círculos políticos sobre la necesidad de conformar una alianza entre el PRI y el PAN con el propósito de vencer al partido Morena en los comicios para gobernador en 2021.
Los que promueven esta posibilidad argumentan que de no concretarse tal alianza Morena y su virtual candidato Alfonso Moreno Montaño ganarán los comicios por un cómodo margen.
De entrada no estamos de acuerdo con lo anterior por varias razones que a continuación explicamos.
En primer lugar y de acuerdo a las encuestas, la diferencia entre los principales contendientes candidatos no es definitiva.
La mayoría de las encuestas colocan a Durazo a la cabeza con puntuaciones que van de 28 a 35%, le sigue Ernesto Gándara del PRI con variaciones de 20 a 27% y en tercer lugar apuntan al PAN con distintos nombres: algunas encuestas mencionan a Antonio Astiazarán, otras a Lily Téllez y algunos sondeos más incluyen el nombre de Javier Gándara.
Las preferencias para los posibles contendientes del PAN andan sobre el 15% y más atrás vienen otros nombres y partidos como Ricardo Bours, de Movimiento Ciudadano y Gabriela Guevara, del Partido del Trabajo.
Una diferencia entre Morena y el PRI de entre cinco y ocho puntos cuando estamos a siete meses de las elecciones es fácilmente superable, así lo vivimos en 2015 cuando Javier Gándara del PAN fue alcanzado y superado por Claudia Pavlovich del PRI.
La alianza PRI-PAN podría arrojar efectos contrarios.
En Sonora estos partidos han sido rivales acérrimos durante décadas por lo que una coalición sería mal vista por sus correligionarios duros, incluso provocando deserciones hacia Morena.
En 2012 se realizaron alianzas exitosas entre el PAN y el PRD en varios estados de la República, incluyendo Baja California, en donde esta coalición conquistó la Gubernatura por tres puntos de ventaja.
Pero eran otros tiempos y otras las circunstancias.
Una alianza similar en 2018 entre el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano en las elecciones presidenciales resultó un rotundo fracaso con la derrota de Ricardo Anaya.
De hecho estas alianzas debilitaron al PRD y lo llevaron a lo que es hoy prácticamente un partido en extinción.
Lo mismo puede sucederle al PAN si se alía con el PRI en Sonora toda vez que el tricolor llevaría el poder y liderazgo en dicha coalición.
Por lo anterior y por el bien de la democracia de nuestra entidad lo más sano y benéfico para los tres partidos más importantes -Morena, PRI y PAN- sería que cada quien nomine a su propio candidato y se la juegue al todo por el todo.
Obviamente las alianzas con partidos minoritarios serían posibles y deseables, habida cuenta que está cuesta arriba que triunfen solos el PT, Movimiento Ciudadano y el Partido Verde.
Morena contará con el apoyo de AMLO y su Gobierno, pero eso no le asegura el triunfo a Alfonso Durazo, quien deberá convencer de su proyecto a los sonorenses.
Ernesto Gándara tiene un largo camino recorrido, contará con el respaldo del Gobierno estatal y las estructuras del PRI, que tendrán que demostrar que todavía funcionan en Sonora.
En tanto el PAN deberá definir quién lo representará mejor: un político con trayectoria como Toño Astiazarán, relanzar al empresario Javier Gándara o postular a una candidata independiente como Lily Téllez, que en 2018 arrasó en las urnas con el sello de Morena.
No resulta, pues, conveniente en estos momentos una alianza entre el PRI y el PAN, partidos que en Sonora han sido como el agua y el aceite, es mejor que siga cada uno en su propio carril.
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