Y tú, ¿Quién crees?

La autora es arquitecta, escritora, ilustradora y creadora de La Fábrica de Cuentos.

Pasaban las seis de la tarde. Se empezaba a sentir la brisa helada que anuncia el invierno, y yo , estaba junto a mi hija queriendo refugiarnos por unos momentos en una librería.  Fue el único lugar que nos invitó para calentarnos un rato del viento frio. Al entrar, en la mesa que muestra las ediciones nuevas,  había un libro con el título: El líder mas influyente de la historia. Lo tomé, y a modo de juego le pregunté a ella:

—¿sabes quién es él? ¿Quién El líder mas influyente de la historia? ¿Tú, quién crees?

La “agarré” desprevenida,  pues ella se había dirigido hacia otro tipo de libros más llamativos y con ilustraciones.  —Haber...dime.  Insistí. Y como si fuera una pregunta capciosa, entre un “de tin marín” me dijo titubeante: mmm, ¿yo?

Obviamente pensé que me iba a contestar la única respuesta que yo imaginaba: la de un ser omnipotente.  Pero me dijo : ¿yo? Me quedé cinco segundos sin saber qué responderle, pues esos segundos me hicieron pensar que, en su enfoque o interpretación de la pregunta, ella no estaba “tan” equivocada.  Si lo pienso desde su ángulo puede que tenga “algo” de razón, por que me hizo ver que, en efecto, ella, o cualquier persona puede llegar a ser un líder.

Luego me reí y le conté lo que sabía sobre tal protagonista. Ella continuó diciendo que cualquiera puede ser tal persona si así lo decide, lo piensa, lo actúa y lo ejemplifica a los demás para el bien de todos. Que quien logre unidad en base a la no violencia, como Ghandi, y al priorizar el bien general antes que los suyos propios, entonces puede ser el líder más influyente de la historia. Así de simple.

Después de su argumento, me quedé otros cinco o veinte segundos más sin respuesta.  Hasta que le pregunté: ¿apoco ya leíste este libro, o en tu escuela o en las redes o qué? Me sorprendió.  Me contestó, al sentir que su respuesta había sido descabellada, irreal: No para nada Mamá, pero, me refiero, osea, ser líder primero en la casa, obvio, con los amigos y así…

Se distrajo en un libro de inventos, de esos que al abrirlos son pop up, muy ingenioso. Le jalaba las palanquitas con las que se abría el invento de Leonardo da Vinci de un artefacto volador, y así uno tras otro. Sin embargo, con el incidente, y aunque yo seguí también hojeando otros títulos, me dejó pensando. Me llamó la atención lo sucedido y concluí que mientras una mente y un espíritu esté en “ buen estado”, sin haber sido corrompidos por la maldad, el rechazo (como en Frankenstein) o la falta de sentido de vida, entonces esa postura mental puede trascender. Poco a poco, encaminando los pensamientos y acciones positivamente a pesar de las adversidades y oportunidades que uno tenga. Porque, un líder, ¿nace o se hace?

De igual forma compré ese libro,  y de nuevo, otra vez creo que muchas veces los niños nos enseñan más bondad, visión e inocencia que la que uno les enseña.  Luego regresamos a casa. Ella se puso a jugar con sus muñecas y yo me puse a leer.

La autora es arquitecta, escritora, ilustradora y creadora de La Fábrica de Cuentos. Cuentos Personalizados.ayalalirio@hotmail.comInstagram: letraplasmada;la.fabrica.de.cuentos