Vivir el presente en tiempos de coronavirus

El autor es Director de Humanidades en el Tecnológico de Monterrey, Campus Sonora Norte.

En estos días de coronavirus he hojeado de nuevo el libro “El Poder del ahora”, de Eckhart Tolle. Este autor nació en Alemania, donde vivió hasta los trece años. Se graduó de la Universidad de Londres y fue investigador de la Universidad de Cambridge, una de las mejores universidades europeas. Cuando Eckhart era profesor universitario y padecía una grave depresión, sufrió una experiencia catártica que le cambió la vida por completo.

De repente, comprendió que nuestra mente puede sernos de gran ayuda, sí, pero que a menudo es también nuestro mayor enemigo. Ese parloteo mental que en mayor o menor grado padecemos todos, nos encadena al pasado y nos proyecta al futuro, alejándonos de lo único que realmente existe: el presente. ¿O acaso no es cierto que pasamos gran parte de nuestras vidas arrepintiéndonos de los errores del pasado y, especialmente, preocupándonos por la incertidumbre del futuro? En común observar y convivir con personas que están preocupadas por el futuro.

Algunas más esperan ser felices cuando podamos retomar nuestras vidas cotidianas después del coronavirus, que se le festejen los XV años a la hija, se case el hijo, bauticen a la nieta, se gradúe el joven de la universidad, le aumenten el sueldo, se saque el Melate, compre un carro último modelo, aprenda inglés, le otorguen la visa, le toque el “hueso” soñado o que la suegra cambie de ciudad, es decir, viven esperanzados en que solamente en el futuro se podrá vivir mejor, pero pierden de vista el disfrutar lo único real: el presente. Otros individuos viven añorando los tiempos pasados.

Piensan que sólo el pasado fue mejor que el presente. Piensan que sólo los 70 ó los 90 fueron mejores que hoy. Piensan que la vida sólo fue mejor en otras épocas y no la actual. O también viven anclados en las experiencias negativas del pasado con sus rencores, resentimientos, fijaciones, frustraciones, amarguras o depresiones que les impiden vivir el presente con menos ataduras y aligerar el costal de sus vidas. Es imposible resumir en pocas frases lo que Eckhart Tolle nos enseña en “El poder del ahora”, cuya lectura recomiendo fervientemente.

Aún así, me atrevo a apuntar que una de las ideas fundamentales del libro radica en el error que cometemos todos cuando nos identificamos con nuestra mente. Ella nos engaña, convenciéndonos de que somos las etiquetas que desde niños hemos metabolizado: “Soy listo/tonto, guapo/feo, alto/bajo… Soy como mi padre/madre/abuelo/ abuela…”.

Miles de etiquetas que nos han adherido y que tanto nos lastran. Ellas conforman nuestra segunda piel, lo que llamamos “nuestra identidad”: una especie de costra que llevamos siempre con nosotros. Pero esa costra que nos condiciona, ¡y de qué manera!, puede y debe ser arrancada, cuando descubres que tú no eres tu mente.

Si usted logra aplicar la esencia de este libro, que es vivir el presente, ya la hizo. Si no ocurre esto, seguirá perdiéndose la oportunidad de vivir como dice la canción “Un día a la vez”. Vivamos con responsabilidad, empatía, escucha, paciencia, humildad, solidaridad y resiliencia este tiempo presente del coronavirus. Después de estas experiencias, continuemos viviendo con esperanza e intensidad. Usted, ¿qué piensa? Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años. Abraham Lincoln

El autor es Director de Humanidades en el Tecnológico de Monterrey, Campus Sonora Norte.

Presidente de Grameen de la Frontera.

@rafaelroblesf