Villancicos migrantes
Coordinadora del Seminario Niñez Migrante de El Colegio de Sonora. gvaldez@colson.edu.mx
“ …Entren santos peregrinos, reciban este rincón, que aunque pobre la morada, os la doy de corazón…” y en eso la maestra Miriam y el maestro Leopoldo abrieron las puerta de la sala Lian Karp en El Colegio de Sonora para que los padres de familia, niños, niñas y adolescentes migrantes retornados, quienes fungían como peregrinos, entraran al salón y fueran recibidos por los hosteleros: niños, niñas y adolescentes que en compañía de los maestros intentaban seguir la tonada de los villancicos navideños.
La sorpresa que recibimos los hosteleros fue que al abrir las puertas de madera entraron Manuel y Franco con otros 6 adolescentes centroamericanos del albergue Tin Otoch, atrás de ellos el joven del Personal de Acompañamiento del albergue.
Fue imposible que nuestros ojos no se llenaran de lágrimas por el momento mágico y simbólico que ello representó.
No sabíamos que irían, todos aplaudimos y a partir de ese momento fue una algarabía, ¡qué manera de celebrar la última sesión del año de las asesorías escolares organizadas por el Seminario Niñez Migrante!
“Hola madre”, saludaban Manuel y Franco con un beso en la mejilla a las maestras, “pensábamos que las clases ya se habían terminado”, decían riendo, mientras tanto los otros jóvenes se presentaban.
Manuel, Franco y sus compañeros centroamericanos forman parte de los 11 mil 290 niños, niñas y adolescentes no acompañados que en lo que va del año el Instituto Nacional de Migración (INM) ha asistido. El 30 por ciento son bebés y niños de 11 años.
La mayoría originarios de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, respectivamente. Del total 7 mil 619 son hombres y el resto 3 mil 221 mujeres. De los grandes pendientes que tiene el Gobierno de la 4T es el diseño de un programa integral y vertical para atender a los niños, niñas y adolescentes que solicitan refugio para quedarse en México.
Manuel y Franco están solicitándolo. Ellos se encuentran en el albergue Tin Otoch en donde dicen son muy bien atendidos, sin embargo, mientras se resuelve el trámite no asisten a la escuela regular, además, una vez que se les otorgue el refugio, no hay un programa de seguimiento para canalizarlos y asegurar su integridad. Por otra parte, dos hermanas de 14 y 9 años de edad, de Guatemala, esperan junto con sus padres el refugio en libertad.
El único contacto educativo que han tenido durante meses de espera son las asesorías escolares que un día a la semana ofrece El Colegio de Sonora.
Sus padres comentan que por temor y falta de información no las han llevado a ninguna escuela pues pensaban que no tenían derecho. Hay mucho por hacer en este tema, esperamos que así sea.
Coordinadora del Seminario Niñez Migrante de El Colegio de Sonora. gvaldez@colson.edu.mx