Un paseo con rábanos

El autor es Licenciado en Periodismo y chef profesional, conductor de televisión

(De mente abierta y lengua grande)

Al bajar una empinada cuesta de peña colorada, estaba el paraíso, un río de agua transparente y refrescante que pasaba junto a varias milpas; un escenario ideal para pasear y también para comer. Quien haya comido un burro paseado sentado en la orilla de un río sabrá apreciar lo que significa; ese era el paseo perfecto, fruto de algún buen comportamiento o de las buenas calificaciones. Lo mejor era cruzar el cerco hacia un sembradío de rábanos y nabos, jalar las hojas y descubrir cómo salía de la tierra una raíz perfecta, que al lavarse en la corriente de agua dejaba ver un color rojo o blanco brillante. Los nabos y rábanos eran el acompañamiento perfecto para los burritos de frijoles, sobre todo los que se hacían en tortillas de manteca y se degustaban mientras refrescábamos los pies dentro del río.

En la sencillez de esta escena radica la excelencia de la cocina sonorense, recetas con pocos ingredientes que aportan lo mejor de cada uno a platillos inolvidables que pueden ser la salvación ante esta crisis de que vivimos. Es momento de regresar a lo básico para cuidar nuestros bolsillos sin sacrificar el placer de comer y de paso, recuperar nuestra tradición gastronómica.

Empecemos por el chile

El guajillo o chile colorado es la base de gran parte de nuestra cocina, basta con saber preparar la salsa para cocinar: papas con chile, chilaquiles, enchiladas, ejotes con chile, tamales, carne con chile, nopales con chile, etc., aquí la receta:

Licuar:

• 20 chiles hidratados previamente en agua caliente.

• 1 ½ taza de agua (donde se hidrataron).

• 4 dientes de ajo.

• 1 cucharada de orégano.

• ¼ cebolla blanca.

• 1 cucharada de sal.

• Posteriormente guisar la mezcla en aceite vegetal.

Después los caldos

Los retazos de carne o hueso suelen ser más económicos y no por ello escasos de sabor, sino todo lo contrario. Con las verduras de temporadas y algún grano, pasta o leguminosa se puede preparar un platillo que va a nutrir, rendir y llenar de sabor los paladares de toda la familia. Hagámoslos con las verduras que estén al alcance, y si hay algunos quelites podemos agregarlos para resaltar el sabor y propiedades nutricionales. El éxito de un buen caldo está en el laurel, orégano y ajo que acompaña a la carne durante su hervor en litros de agua.

En estos momentos, regresar a lo básico puede ser un respiro, no sólo en la alimentación sino en nuestra vida cotidiana.

El autor es Licenciado en Periodismo y chef profesional, conductor de televisión, creador de contenidos gastronómicos y embajador de marcas de alimentos.

@chefjuanangel