Tecnología que acerca… ¿O que aleja?

Si cuando era niño me hubieran dicho que el momento de comer en una mesa con la familia podría convertirse en toda una odisea para que esto resultara una reunión de convivencia efectiva y afectiva, seguramente hubiera pensado que mentían, jamás habría imaginado que la mayoría iba a estar observando un aparato que los hace perder la noción del tiempo y los ubica en un espacio que no es el que está frente a ellos.

Desde siempre, he tenido presente que la mejor forma para poder convivir en un ambiente agradable y socializar, es con un plato de comida y una bebida que aderece una conversación amena. Pero si algo logra distraernos de un momento tan cálido como el que menciono, puede también distanciarnos de todo. Hablo del celular; un aparato que llegó para quedarse y que, cada vez, se apodera de gran parte de las horas de nuestros días.

El celular es un objeto que, prácticamente, se ha convertido en una extensión de nosotros. Ideal para mantenernos en contacto con quienes deseamos, herramienta útil de trabajo y aparato ideal para el "desestrés" y, por qué no decirlo, para el ocio.

Según datos de 2019 del Instituto Federal de Telecomunicaciones, se estima que México cuenta con 86.5 millones de usuarios de celular, lo que representa el 75.1% de la población de seis años o más.

El dato más interesante es que nueve de cada diez usuarios de teléfono celular disponen de un celular inteligente (smartphone), lo cual, abre un mundo de posibilidades de uso. Para aprender mil y una cosas o para perdernos en un mar de información basura.

En el mundo de hoy muchos trabajos nos exigen estar conectados, algo que puede llegar a desatar ansiedad si nuestro celular se descarga o bien, si perdemos la señal. Una cosa importante de señalar es que debe haber momentos para todo. Y así como para dormir hay tiempo, también lo debe haber para desconectarnos de la tecnología.

Debemos identificar y tener claros cuáles son los momentos apropiados para usar la computadora, tablet, celular, etc. El depender de ellos para todo y alejarnos de la realidad a cada momento, dice mucho de nosotros.

El uso que les demos a dichos aparatos debe ser consciente, no debemos perder de vista a quien o quienes están frente a nosotros y debemos tener claro que quien nos hace compañía merece nuestra atención al igual que todo nuestro respeto.

He escuchado decir que la tecnología acerca a quien está lejos, pero sin duda, también puede alejar a quien está cerca.

Avancemos.

El autor es Asesor Parlamentario de la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión.

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