Renuncia a tu pasado
El autor es Licenciado en Nutrición, escritor
Qué fácil sería llevar el día a día complicaciones, estrés o chismes, sin que la gente se meta en tu vida. El detalle está en que la sociedad no funciona así, menos en México, donde nos movemos en un sistema donde tienes que interactuar con diferentes personas dentro del ámbito laboral estudiantil, comunitario e inevitablemente no puedes estar sin tratar o mantener una conversación.
En ocasiones podemos ser muy reservados con nuestras vidas, pero el resto de las personas parece que se empeñan en sacarnos información para usarla como un arma de doble filo, sacando a relucir aspectos de nuestro pasado o algo que nos ponga en la cuerda floja, llevando esto a un debate y problemas. Todos tenemos un pasado, bueno o malo, pero es nuestro, nuestra historia y cada uno define cómo la quiere contar y qué sentido darle a la misma.
El problema con el pasado es que todos cometemos errores y nos dejan una huella, tales que a veces son difíciles de borrar u olvidar, dejando una marca para toda la vida. Algunos ven esto como una oportunidad de crecer, madurar, otros simplemente se quedan estancados en ese abismo sin poder salir. Tu historia no tendría por qué definir tu futuro ni presente, quizá podría redefinirlo, acorde a que tú lo quieras así, pero no debería de afectar.
¿Cuántos no han pasado por una desilusión amorosa y se quedan ahí estancados? ¿Cuántos han dejado sus sueños y metas porque la familia no los deja avanzar y se quedan donde mismo? ¿Cuántos no han perdido a un familiar y viven en duelo toda su vida?
He visto en ocasiones familias tan disfuncionales, pleitos entre ellas y resentimientos que duran de por vida, como si tuvieran tres vidas y en otra pudiera ser diferente, lo mismo en relaciones de pareja, en las que de manera automática cuando se termina, quieres dejar de amar automáticamente a la otra persona, le deseas lo peor y hasta te dedicas a hacerle la vida de cuadritos, más si tuvieron hijos, los cuales hoy en día son un negocio, luego te avienta unos 4 años de demandas por pensiones, y unos cuantos fregadazos para celebrar que por fin estás divorciado, que dejaste algo que es natural, que es amar a alguien más.
Tú pudiste haber tenido una relación hermosa que se acabó y no por eso quiere decir que vas a dejar de amar a la otra persona, creo que es más fácil ver a alguien morir a aceptar y soltar a una persona que estuvo contigo en una relación y dejarlo hacer su vida, somos pusilánimes, no tenemos el valor ni amor propio para afrontar, avanzar y seguir amando a alguien, aunque ya no esté para ti.
Aprendamos a soltar nuestro pasado, los problemas, las limitaciones y si tienes que soltar a la familia también, déjalos. Vive tu vida, vive tu presente y reescribe lo que viene
El autor es Licenciado en Nutrición, escritor