Reflexión del año que se fue

La autora es comunicóloga y periodista.

Sentada con una taza de café en mano, en un cómodo sillón frente al cálido fuego de la chimenea, mi mente divaga pensando qué escribir, evoco recuerdos, vivencias, emociones y sentimientos que me ha dejado el 2020 el año de la pandemia, sin duda un año que jamás pasó por mi mente vivir, tan atípico, extraño, como el guion de una película escrita por Stephen King entre el terror y la ficción científica; aún así, con todo y lo que nos dejó este año hay mucho en qué reflexionar.

Usualmente mientras escribo procuro un espacio en silencio para “inspirarme”, hoy no, a mi alrededor hay barullo, pláticas y risas, un pequeño sobrino (mi amor chiquito) que reclama su desayuno, por otro lado un par de criaturas viendo Alienígenas Ancestrales en History Chanel muy ad hoc jajaja, en otro lugar dos damitas continúan en sus aposentos y por allá en la cocina se escuchan mover sartenes lo cual me pone feliz. Es aquí cuando caigo en cuenta que el 2020 a pesar de todo, me dejó muchas cosas positivas y espero a ustedes también, y no, no es una idea romántica e ilusoria, es una realidad, si así lo queremos ver y sentir; es probable o seguro que hayas vivido situaciones muy difíciles incluso dolorosas ya fueran económicas, de salud, a lo mejor la pérdida de un ser querido, problemas o quebrantos familiares, la pérdida de empleo, etcétera, como muchos lo vivimos, unos más otros menos pero al final experiencias muy personales, aún así tómate un pequeño tiempo y reflexiona en lo positivo que te brindó este 2020 de seguro encontrarás algo bueno.

En lo personal agradezco la salud que no se vio afectada, este año fue de mucho aprendizaje personal, de introspección, de dejar a un lado los miedos (y continuo trabajando en ello) de abrirme a nuevas oportunidades, explorar campos de acción, de aprendizaje y crecimiento profesional; he compartido más tiempo con mis hijas lo que me ha permitido conocerlas aún más, aún en la distancia me acercó a amistades y seres queridos, incluso conocí a personas maravillosas que llegaron en el momento justo de mi vida, ¿para qué? para complementarme.

Reafirmé mi fe, tomé decisiones qué tal vez en otro tiempo no las hubiera tomado ya fuera por temor, por seguir los cánones sociales o las creencias adquiridas, ahora soy más valiente, me fortalecí

pero conservo mi lado sensible, me volví más consiente de mis emociones y mi yo humano imperfecto, aprendí lo valioso que es el hoy, el presente, porque el futuro no lo conocemos.

Definitivamente el 2020 fue un año difícil, un año que se fue en un suspiro o en agonía, un año de encierro, yo lo quise ver en resguardo, un año que puso a prueba nuestras emociones y estabilidad, un año que ya deseábamos culminara.

Hoy tenemos una nueva oportunidad de vida, inicia un año y con él una página en blanco que cada uno de nosotros escribirá, así que tú decides que giro le darás.

Por un 2021 con fe y esperanza.