Recuperación económica tras reapertura
El autor es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Profesor-Investigador, Universidad de Sonora.
La aplicación de estrictas medidas sanitarias para contener el virus pandémico SARS-CoV-2 provocó una crisis de demanda y oferta por el distanciamiento físico-social de los consumidores y la paralización de los procesos productivos, la decisión de reapertura de la economía en junio fue crucial para la recuperación económica.
El Inegi reportó el aumento real 5.7% del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) con cifras desestacionalizadas y de tendencia-ciclo para julio con respecto a junio de 2020.
En cuanto a los grandes grupos de actividades económicas, las Primarias se incrementaron 13.9%, las Secundarias 6.9% y las Terciarias crecieron 4.6% para el mismo periodo de análisis.
En términos anualizados, el IGAE aún no alcanza los niveles del año pasado, registró una disminución real de -9.8% en julio con respecto al mismo mes del 2019.
En referencia al comportamiento de las actividades económicas, las Secundarias bajaron -11.6%, las Terciarias cayeron -10.0%, y las Primarias aumentaron en 10.6%.
El Centro de Desarrollo de la OCDE, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Comisión Europea presentaron el informe “Perspectivas Económicas de América Latina 2020: Transformación digital para una mejor reconstrucción”.
El informe mundial destaca que ante el posible cierre de 2.7 millones de microempresas que implicará la pérdida de 8.5 millones de empleos en América Latina y el Caribe, sumado a que antes de la crisis sanitaria el 40% de los trabajadores no tenían acceso a ninguna forma de protección social y el 60% trabaja de manera informal.
Además, los organismos internacionales advierten que el camino por delante no será fácil, debido a que el 68% de la población en América Latina y el Caribe tenía acceso a Internet en 2018, el doble al registrado en 2010, pero por debajo del promedio de los países de la OCDE que es de 84%.
La brecha de desigualdad digital entre las personas de ingresos altos y bajos es casi de 40% en la región.
Frente al escenario de transformación digital, el informe manifiesta que se necesitará nuevas inversiones masivas en educación y capacitación para equipar a los trabajadores con las competencias y habilidades digitales necesarias para incorporarse al menos en un 20% de los trabajos de alta especialización, robotización y automatización.
El reporte hace hincapié en dos temas centrales de análisis: 1) La transformación digital de las instituciones públicas para mejorar la gobernanza y reconstruir la confianza; y 2) Nuevas alianzas internacionales para fomentar el desarrollo en la era digital.
A su vez los organismos recomiendan a los países de la región: 1) Adaptar las reglas del juego para gobernar la transformación digital en cuanto al diseño de políticas públicas encaminadas a cambios en las instituciones, las regulaciones y los mercados para garantizar un avance justo y equitativo; y 2) Transformar los gobiernos hacia instituciones públicas más creíbles, eficientes, inclusivas e innovadoras por medio del e-government.
En conclusión, nuestro país debe avanzar hacia la disminución de la brecha digital para acelerar la recuperación por medio de: 1) Un Programa de Inversión en Infraestructura de Telecomunicaciones: satélites en órbita, redes de banda ancha y fibra óptica; 2) la política industrial debe impulsar los sistemas de innovación para incorporar más empresas nacionales de base tecnológica; y 3) la política educativa y de trabajo deben enfocarse en el desarrollo de competencias y habilidades digitales de los estudiantes y trabajadores.
El autor es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Profesor-Investigador, Universidad de Sonora.
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