Principios hacia una economía verde

Es ingeniero bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tec de Monterrey.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) define la economía verde como aquélla que da lugar al mejoramiento del bienestar humano e igualdad social, mientras que se reducen significativamente los riesgos medioambientales y la escasez ecológica.

El tránsito hacia este concepto implica 10 principios.

1. La física no se compromete.

La física, como la gravedad, no se compromete.

Los gobiernos que tratan la crisis climática como un «equilibrio» entre la economía y el medio ambiente están condenados al fracaso.

La prosperidad se basa en respetar los límites de los sistemas naturales de los que dependen nuestras vidas.

2. No podemos contar con la magia.

No podemos continuar bajo los mismos esquemas de consumo.

No es posible que la tecnología y plantar árboles nos permitiera mágicamente continuar los estilos de vida actuales.

3. Nadie lo hará por nosotros.

4. Tenemos mucho que ganar.

Se tiene mucho que ganar al reducir la dependencia de los combustibles fósiles, además del imperativo climático.

5. Los combustibles fósiles deben costar más.

No es posible que las economías nacionales continúen subsidiando el consumo de energías fósiles.

La demanda de combustibles fósiles no disminuirá en los mercados libres hasta que éstos se vuelvan mucho más caros.

6. Cumplir la demanda necesaria con la oferta práctica más limpia.

El mercado debe satisfacerse con la oferta práctica renovable.

7. La transformación verde debe ser rápida.

Es demasiado tarde para un cambio incremental.

Los gobiernos tienen roles esenciales, los inversionistas, las municipalidades y el sector privado sólo intervendrán con objetivos, normas e incentivos sólidos a largo plazo.

8. No podemos tener una economía verde sin reconciliación indígena.

Los pueblos indígenas tienen una influencia judicial y un apoyo público cada vez mayor.

Por justicia es necesaria su inclusión.

9. Esforzarse por la justicia climática.

Quienes sufren las consecuencias más graves de la crisis climática, como las comunidades indígenas y pobres, se encuentran entre los menos responsables de la misma.

Estas comunidades merecen ayuda para prepararse y restablecerse de las crisis relacionadas con el clima, y para alejarse de los combustibles fósiles.

10. Hechos honestos, conversaciones honestas.

La verdad es que casi no tenemos tiempo.

Ya es demasiado tarde para que los consumidores o los productores continúen sin cambiar el estilo de vida actual.

Sólo la acción urgente en todos los sectores de la sociedad puede detener la alteración del clima, preservar la forma de vida actual y convertir este desafío en una oportunidad.