Por esa canción que tocó nuestro corazón

El autor es licenciado en Ciencias de la Comunicación. Es reportero en periódico EXPRESO. Twitter: @elbuentadeo IG: @elbuentadeo

Es increíble cómo un par de acordes nos hacen sentir una infinidad de emociones, que es inevitable no contagiarnos de alegría, llenarnos de euforia y hasta derramar una lágrima cada vez que los

escuchamos.

En los primeros segundos que suena la melodía, nos puede transportar a nuestros mejores recuerdos, y conforme avanza la canción, sentir que estamos en ese recuerdo, jugar y divertirnos como aquella ocasión, simplemente es satisfactorio.

Cantar ese coro inolvidable de nuestra canción favorita a “todo pulmón” y sentir la emoción que se nos enchina la piel.

Inclusive nos motiva a bailar y tener de un mal día, el mejor de nuestras vidas. También nos ha acompañado en los malos momentos y al igual que un amigo, su mensaje nos da una palmada en la espalda y nos dice que este mal rato es sólo eso, un mal momento.

En muchas ocasiones, en nuestros momentos de mayor tensión rodeado entre estrés y preocupaciones, una canción apacigua nuestros ánimos y hace ver que todo no está perdido y que lo podemos resolver.

Se siente bastante genial que una canción te haga ese “switch” en tu actitud. Si te sientes triste hace que te sientas feliz y si estás feliz hace que te sientas aún mas alegre, para seguir disfrutando, ¡que no pare la música!