No compres problemas

La autora es Maestra en Derecho Internacional Privado por la Universidad de Sonora.

“Lo barato sale caro”, ¿quién de nosotros no ha escuchado este adagio popular?

Que significa que cuando elegimos por la opción más económica, creyendo que estamos ante una verdadera oferta, a la larga pagaremos más.

Pues esto se aplica para la adquisición de bienes, productos y servicios.

Hoy quiero referirme a la compra de bienes inmuebles, siempre que nos ofrezcan en venta una “gran oferta” y antes de emocionarnos, hay que revisar qué existe detrás de esa oferta, ¿por qué razón nos están vendiendo tan barato, por debajo del valor comercial?, ¿existe una necesidad apremiante para que la persona venda o hay algún otro aspecto que impida que la persona nos venda en el precio justo y real?, como interesados en adquirir una propiedad, tenemos el derecho a conocer la situación jurídica del inmueble, tenemos derecho a verlo en forma física y conocerlo, no únicamente verlo por fotos o video, incluso debemos hacer una visita a la propiedad y hacernos acompañar por un ingeniero o alguna persona experta en construcción o terrenos, para que observe si la propiedad que nos están ofreciendo tiene algún problema que nosotros no podamos advertir; claro que hay construcciones usadas o con poco mantenimiento, pero debemos asegurarnos que esto es el motivo de que su precio de venta sea menor.

En ocasiones nos dejamos llevar por la ubicación de la propiedad, por la extensión de la misma, por lo bonito de su fachada, pero pasamos desapercibidos otros aspectos que los ojos de los expertos sí pueden notar.

Además de la parte física y material del inmueble, no menos importante es acudir con el notario de su confianza para que revise la documentación que ampara dicha propiedad, cerciorarse de que todo está en regla, que no hay ningún impedimento legal para comprar esa propiedad, que la persona que nos está vendiendo es la legítima propietaria o poseedora y cuando se trata de un derecho de posesión, revisar cómo adquirió esa posesión.

A veces escuchamos que existen ventas de lotes de terreno con facilidades de pago, sin que realmente estén subdivididos o autorizados esos fraccionamientos por parte de la autoridad municipal; luego cuando terminamos de pagar el precio, queremos escriturar y nos encontramos con que no podemos hacerlo, sin contar con que sólo hay una clave catastral para todo el inmueble y el pago del predial es por la totalidad del terreno, que al no estar subdividido e individualizado cada lote, se dificulta su pago; en estas circunstancias algunas personas no quieren pagar el predial porque no está a su nombre o porque resulta difícil prorratear el pago entre todos quienes compraron dichos lotes; otras veces, la parte vendedora nos otorga un poder sobre el terreno, pero ése no es un documento idóneo con el que acreditemos ser propietarios y podamos disponer libremente de la propiedad; en otras ocasiones, la compraventa se realiza entregando solamente las escrituras o el título por parte de la vendedora y así puede pasar de mano en mano hasta que llega a una persona que quiere poner la propiedad a su nombre y se encuentra con la situación de que quien aparece como dueño en las escrituras, ya falleció, no realizó testamento o se fue a vivir a otra ciudad, sin saber dónde encontrarla.

Todos estos son ejemplos de lo que pasa cuando no acudimos con nuestro notario a formalizar tal como debe hacerse una compraventa y finalmente, terminamos pagando más del precio original, porque tenemos que realizar otros procesos y preocupados por haber adquirido un problema mayor, incluso podemos morir y heredar el problema a nuestra familia.

Cuidemos nuestro dinero, aseguremos nuestro patrimonio, apoyémonos en los expertos y no compremos problemas.

La autora es Maestra en Derecho Internacional Privado por la Universidad de Sonora, titular de la Notaría Pública número 106 en Hermosillo, Sonora, Presidente de Consejo de Business Partners y Vicepresidente de Consejo de Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias Amexme, Capítulo Hermosillo, A. C.