Neurociencias y aprendizaje en línea
La autora es egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y Maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.
La educación emocional será incluida en las escuelas a través de distintos programas, según el grado escolar.
Esto podrá ayudar a desarrollar soft skills, o habilidades blandas, como la inteligencia emocional para la adaptabilidad, autoestima, control del estrés e impulsividad, automotivación, liderazgo, trabajo en equipo, entre otros.
Pero además favorecerá a las conexiones neuronales de niñas, niños y jóvenes, imprescindibles para impulsar el aprendizaje.
Se ha comprobado que las emociones como la confianza, la felicidad y la motivación juegan un papel importante para aprender.
La memoria también puede funcionar más favorablemente ante estímulos emocionales positivos.
Sin embargo, emociones adversas pueden bloquear inconscientemente cualquier concentración y aprendizaje.
El estrés, por ejemplo, altera las conexiones cerebrales y eleva el nivel de cortisol.
Estudios han demostrado que la violencia daña al desarrollo cognitivo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la violencia ejercida contra las y los menores tiene efectos contundentes y duraderos en la función cerebral y la salud mental.
Esta violencia puede ser tanto física como verbal.
¿Cómo proteger el neurodesarrollo en la era digital?
La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar como consecuencia de la conducta y la experiencia.
Maravillosamente, ésta puede ser evolutiva, es decir, se va modificando por influencia del entorno.
Sabiendo que podemos incidir en la evolución del cerebro, es muy importante programarlo conscientemente con entrenamiento mental.
Este poder creativo puede alimentarse de estímulos efectivos y convenientes.
La socialización y el aprendizaje escolarizado son virtuales por la actual pandemia.
Usar Internet de forma segura es un reto para las familias.
Se han propuesto múltiples soluciones como: herramientas usando inteligencia artificial, campañas de concientización sobre seguridad en Internet, programas de capacitación digital para identificar y prevenir riesgos.
Sin embargo, el paso más importante es poner atención a la información que se está consumiendo, con el fin de detectar: exposición excesiva a dispositivos electrónicos, cyberbullying, cyberacoso o actitudes extrañas.
Proteger la identidad y ubicación en la web es esencial, así como utilizar aplicaciones de control parental.
La observación, comunicación y cuidados preventivos son la base.
Es muy importante estar al pendiente de los niños en esta era digital, sobre todo de aquellos que sufren, para poder intervenir y lograr cambios.
Un entorno y ambiente familiar y social favorable, de amor y respeto, puede lograr avances significativos que contribuyan al desarrollo adecuado del cerebro y, por tanto, al aprendizaje.
La autora es egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y Maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.
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