Moverse por la salud mental

El autor es Asesor Parlamentario e la LXIV Legislatura del Congresode la Unión.

Con el objetivo de recordar que la salud de cada individuo es la base para la construcción de sus vidas plenas y satisfactorias, ayer, como cada 10 de octubre, se conmemoró el Día de la Salud Mental.

Esta fecha se conmemora con una campaña que busca concentrar la atención del mundo en la identificación, tratamiento y prevención de algún trastorno emocional o de conducta.

El lema para el año en curso es ‘Moverse por la Salud Mental: invirtamos en ella’. Cabe destacar que este 2020 ha sido un año atípico, donde nuestras vidas y actividades han sufrido cambios como nunca antes, ya que la actual pandemia que vivimos nos cambió de tajo nuestras rutinas y nos ha enseñado a vivir de una forma en la que no estábamos acostumbrados.

De marzo a la fecha, ha sido un proceso de cambio continuo, de adaptación, de retos.

De clases a distancia, de trabajo en línea, de tareas del hogar en todo momento, de navegar en un circo de tres pistas ya que uno no puede concentrarse en un solo tema cuando está en casa, cuando hay mortificaciones, cuando la gente poco a poco se enferma, pero aún así uno tiene que fluir.

Aparte de esto, la situación económica en muchas familias se ha visto deteriorada; hay que sumarle el estrés diario que viven muchas familias que presentan una economía lastimada, una calidad de vida reducida al mínimo y de ver cómo no encontrarle fecha final a esto.

Al paso de los meses, uno ha tenido que salir cada vez más, los trabajos se reactivan, la escuela paulatinamente comenzará a hacerlo y aquí surge un nuevo estrés, el cual es el riesgo de contagio.

La preocupación no es sólo porque uno se contagie, más bien es por el miedo de llevar el virus a casa y que alguien más caiga en esta enfermedad, esto en verdad preocupa y ocupa a muchas personas, quienes buscan la manera de cuidarse para cuidar a los suyos.

Numeralia:

Según datos de la Organización Mundial de la Salud México, el 17% de las personas presenta al menos un trastorno mental, y una de cada cuatro lo padecerá como mínimo una vez en su vida.

Siempre pienso en cómo, cuando enfermamos del oído, vamos al otorrinolaringólogo; cuando presentamos un problema de la vista vamos al oftalmólogo, pero ¿por qué cuando algo no está bien en nuestro interior la gente no piensa inmediatamente en ir al psiquiatra o al psicólogo?, ¿en estos tiempos aún existen tabús?

Nuestra salud es la base para que estemos bien, lo cual, nos hará tener una calidad de vida óptima y hará que quienes se encuentren a nuestro alrededor también puedan sentirse bien.

La salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo.

No es posible que al menor ruido de nuestro auto, nos mortifiquemos y vayamos al mecánico, y cuando sucede algo con uno ¿pasamos a segundo término?

Invito, entonces, a tomar las experiencias de este año como una lección para estar aún más atentos de nuestra salud en general, no sólo a la física.

Cuidémonos y amémonos de manera completa.

Avancemos.

El autor es Asesor Parlamentario e la LXIV Legislatura del Congresode la Unión.

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