México tiene una ciudadanía desarticulada e individualista
La autora es directora de Voz Empresarial.
Hoy vivimos una recesión técnica económica; según el Inegi, dos bimestres con crecimiento negativo se califican así.
La economía no es para uso de los políticos ni de la iniciativa privada solamente, está hecha para el bien común, así lo dijo en 2004 el premio Nobel en Economía, Jean Tirole, quien asegura que los ciudadanos deben de trabajar en entender para crear un mundo mejor.
Carlos Urzúa, exsecretario de Economía, señaló que México está en una situación más complicada de lo que se creía en referencia al crecimiento y las posibilidades de alcanzar los porcentajes prometidos del 4% del PIB.
La economía siempre ha sido parte de la retórica política y del sector empresarial, nunca la ciudadanía le entra al tema, deja que estos dos entes manejen el discurso y no se involucran más para exigir claridad y transparencia en la aplicación de recursos públicos que deben servir para promover la economía y el crecimiento del país.
Según una encuesta que el Inegi realizó en 2004, arrojó que en México no hay una ciudadanía activa, sólo se organiza para votar, pero no para actuar en temas que debe procurar atender y participar porque esos se los deja al gobierno para que decida.
En este estudio se encontró que los mexicanos entienden a la ciudadanía, como un asunto de obediencia de las leyes y el voto, desvinculada de la participación, organización colectiva y que deba ejercer sus derechos.
Los mexicanos se quejan de que se vive en una sociedad injusta, pero nada hacen para cambiar este estatus que critican.
Según este estudio del INE, la participación de los mexicanos suele ser individualista y coyuntural, por ello es tan baja la membresía en organizaciones ciudadanas y sociales; la desconfianza es la moneda de cambio en el país, nadie cree en nadie.
En resumen, puede decirse que los mexicanos son ciudadanos pasivos y reactivos, participan de manera coyuntural, por lo general por razones altruistas y prefieren las acciones individuales a las colectivas.
Esto lo saben los gobiernos en turno, que la ciudadanía está desarticulada, por no decir, que no existe.
Es evidente cuando se solicita participar en una marcha respetuosa, pocos asisten, y quienes lo hacen son “buleados” por la familia y amigos.
La economía es un tema debemos atender y no perder de vista en 2020; los ciudadanos tenemos que diseñar estrategias financieras para no ser sorprendidos por los desajustes de la política que apunta a pegar en nuestros bolsillos.
La economía, la salud, el cambio climático, la desigualdad, la inseguridad, el estado de derecho son banderas ciudadanas y sólo las ondean unos cuantos, por ello no cambia nada.
E-comunidad no sólo debe ser un escaparate conceptual de la ciudadanía, sino una plataforma para la acción y participación activa de quienes sólo quieren vivir y ser felices con sus familias y eso hay que ganárselo, este es el reto que sigue este proyecto de EXPRESO.