Los rumores blancos y negros
El autor es periodista con más de 35 años de experiencia
Hay infinidad de modelos que manejan la estructura de cápsulas informativas que llamamos rumor. En esta
colaboración vamos a irnos a su esencia más básica para conocer sus orígenes, pues los efectos se dibujan solos.
Vamos a dividirlos en dos tipos: buenos y malos, blancos o negros (no hay medianías), positivos o negativos, o como usted quiera llamarlos.
Aquellos rumores considerados positivos para el funcionamiento de la organización tienen la característica de que, una vez dado a conocer y cumplirse, su período de vida se acorta de manera tajante. Un ejemplo práctico, cuando se menciona la llegada de un nuevo jefe, o bien, el hecho de que otorguen un premio, otro cargo a una persona e incluso, si algún integrante padece una enfermedad y se cura.
Su tamaño dependerá del círculo que lo propague, que por lo general es considerado reducido pues se mezclan sentimientos de empatía que no producen mal al ente organizacional.
Tenemos aquellos otros, los negativos, cuyas características esenciales son más virales pues portan el gen del morbo, es más explícito en la información, que suele transmutar en crecimiento y perjuicio en esa difumación
natural, pues se le van sumando atributos cada vez más negativos que lo suelen convertir en un rumor difícil de detener, para lo cual se requiere una estrategia adecuada.
Pero veamos algunos daños que causa, sobre todo cuando trasciende los diferentes públicos, sobre todo en una situación de crisis.
En octubre de 2005, durante el embate del huracán ‘Katrina’ sobre Nueva Orleáns se corrió el rumor de niños violentados, cientos de personas que se mataban entre sí ante la catástrofe y un largo etcétera que obligó a las
autoridades a implementar una estrategia con gastos y peligros fantásticos.
Hubo seis muertos por causas del fenómeno, pero el resto fue historia falsa; fue difícil de contener. Simples rumores negros engrandecidos por el morbo.
https://www.jornada.com. mx/2005/10/09/mas-brian.html Ha ocurrido en distintas situaciones de crisis en el mundo que los medios de comunicación se abocan a situaciones sencillas pero importantes en lo emocional.
Así por ejemplo, se han difundido pequeñas cápsulas relacionadas con niños que se quedaron sin juguetes y su difusión origina la actuación bienhechora e inundan esos lugares de juguetes, emplean la logística que se requiere (atiborrando aeropuertos) y dejan de lado lo principal: la entrega de productos consumibles que tanto urgen a la población. Esto es muy común Entonces, cuando el rumor prevalece y va más allá del orden georreferenciado, sus consecuencias lastiman.
Por ello, es importante que en cualquier organización se empleen sistemas conocidos, como el de la Organización Mundial de Salud, para comprender por dónde empezar a detener ese pedazo de información negra y evitar al
máximo su daño.
¿Se imagina por ejemplo lo que puede ocasionar uno de estos rumores en una planta nuclear o en organizaciones internacionales religiosas?
La semana próxima le explicaré el modelo que emplea la OMS al respecto, que es un ejercicio que como consultores hemos desarrollado y que dura entre dos o tres horas, pero que le sintetizaré lo mejor posible.
El autor es periodista con más de 35 años de experiencia, LAE, MCO, DAP. Es director de Editorial J. Castillo,
S.A. de C.V. y de CEO, Consultoría Especializada en Organizaciones
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