Los retos del asesor en tiempos de turbulencia
Asesor especializado en proyectos de inversión y publicidad.
Aunque el día de hoy las nuevas generaciones los llaman coaches, creo que hay una significativa diferencia sobre lo que representa un asesor hoy en día.
Un asesor, también llamado hace 20 años consultor, es un especialista de su disciplina, es un experimentado del entorno que rodea a la organización, experto en soluciones acertadas, lo cual permite un alto nivel de confianza en sus soluciones y recomendaciones propuestas, por ejemplo la mejora de un proceso administrativo, la implementación de un sistema de control interno, el desarrollo de una campaña publicitaria, o cualquier otra área problemática a tratar.
Por otro lado, un coach se enfoca principalmente a través de entrenamiento intensivo al mejoramiento de la persona y/o del grupo y no del entorno que le rodea.
Mientras que para el asesor su ventaja competitiva es el dominio de su disciplina, para el coach es reforzar positivamente en sus equipos de trabajo el desarrollo de competencias, el aprendizaje experiencial y la medición del desempeño en sus diferentes formas.
Existen asesores de todo tipo, desde el asesor financiero, patrimonial, publicitario, comercial, recursos humanos, inmobiliario e incluso asesor de parejas.
Gran parte de estos asesores tienen el firme propósito de ofrecer nuevas perspectivas hacia las diferentes problemáticas de nuestro entorno empresarial y personal.
Por ello, el estar abierto a los cambios es fundamental para que un asesor pueda alcanzar los objetivos planteados en sus propuestas y con ello exceder las expectativas de sus clientes. En estos tiempos actuales, no solamente las empresas deben contar con flexibilidad estratégica para adaptarse al cambiante entorno.
También el rol del asesor debe de reinventar su modelo de negocio y desarrollar su capacidad de adaptación para poder encarar los retos que se presentan.
El primer reto debe de ser dejar la nostalgia un lado, liberarse de la arrogancia y el confort y enfrentar los cambios por venir, quizás los tiempos anteriores fueron mejores, pero vivimos el presente y necesitamos promover, acelerar y desarrollar una capacidad de adaptación.
El futuro debe ser la razón de ser del presente.
El segundo reto del asesor es su capacidad de crear una variedad de nuevas opciones de servicio y funcionamiento para adaptarse al entorno.
Se debe ser flexible para entender que los modelos de negocio actuales pueden extinguirse y algunos de ellos incluso están condenados a la extinción.
Continuar la especialización en nuevas disciplinas de acuerdo a las tendencias modernas de negocios, permitirá al asesor contar con un mejor portafolio de oferta de servicios para sus clientes.
Y el tercer y último reto es mantener el espíritu innovador.
Los buenos asesores siempre podrán ser reemplazados por mejores asesores. Se debe ser creativo y mantener una oferta de servicios diferenciada con productos y servicios únicos en su tipo, esto para asegurar que la oferta de servicios siempre sea atractiva y sobre todo útil para benefcio de sus clientes.
Al final del día, el asesor que sepa interpretar su entorno y que se anticipe mejor al futuro, es aquel que logrará una ventaja competitiva sostenible y el que no, pues se quedará en el camino.
Ing. Héctor Sotomayor
MA asesor especializado en proyectos de inversión y publicidad, así como maestro del Tec de Monterrey del Departamento de Ingeniería y Ciencias. Correo electrónico: hsotomayor@digitocreativo. com.mx