Liderazgo: Alentar a la gente
El autor @linas_alex es un apasionado de la academia, emprendimiento, liderazgo y actividades cocurriculares.
¿Qué sigue de confiar y empoderar a los colaboradores? Ambos fueron tema de la columna anterior y en ésta continuaré el complemento que se refiere a alentarlos para que tomen decisiones.
Todos necesitamos que en algún momento nos alienten, ya que es una forma de empoderar, promover el crecimiento y elevar la confianza de las personas. Al contrario, lo son las críticas y actitudes negativas que frecuentemente terminan con el espíritu de lucha además de cooperación.
Como responsable del área de deportes tengo presente entre mis momentos más complicados, pero de mayor aprendizaje, cuando en el año 2016 jugamos la final de futbol americano colegial contra nuestro acérrimo rival. Teníamos un equipazo, llegamos invictos y nos tocó recibir siendo sede del encuentro de campeonato. En esa final faltando alrededor de 2 minutos nos encontrábamos abajo en el marcador por 3 puntos, pero en la yarda 8 del equipo contrario y por iniciar la 2ª oportunidad. A quien le gusta y conoce este deporte sabe que en una situación así sería difícil pasar arriesgando el balón siendo normal correr, y en caso de no anotar, patear para empatar el marcador e irse a tiempo extra. Tengo la imagen clara con el estadio lleno, gran ambiente, transmisión en vivo por una cadena de televisión reconocida y los nervios hasta el máximo nivel. Al parecer todo estaba bajo control, simplemente era agotar el tiempo para en 4ª oportunidad anotar el gol de campo (que por la distancia sería lo lógico) y ambos equipos seguiríamos luchando para obtener el ansiado campeonato nacional. La sorpresa vino cuando después de correr y no tener avance llegó la 3ª oportunidad donde nuestro mariscal de campo lanzó un pase a la zona de anotación que fue interceptado. Todo cambió en segundos, nuestra gente en las tribunas lanzando gritos de malestar a jugadores-alumnos, entrenadores y claro nos tocó a directivos. Se mencionaban culpables además de cuestionamientos, llegamos al vestidor con un gran silencio, cabezas abajo, algunos de nosotros dando aliento a los jóvenes, pero el mejor momento se presentó cuando de manera casi privada nuestro entrenador en jefe se acercó a él e igualmente yo para poder platicar con el mariscal de campo. Honestamente estaba esperando un regaño por haber realizado una jugada que no era la lógica, pero que el Coordinador Ofensivo le había indicado al que nunca culpó y asumió la responsabilidad en todo momento. Sin embargo, el entrenador en jefe no lo reprendió, en lugar de ello posó su mano en el hombro y le dijo “ánimo, al igual que cada uno de nosotros estuviste bajo mucha tensión, siéntete orgulloso porque tuviste una excelente temporada, hoy estuvimos cerca así que trabajaremos para regresar la siguiente temporada”.
Si esas palabras para mí significaron mucho, me queda claro que para este joven fue maravillosa en su desarrollo integral, quien además de haber sido un gran jugador y un destacado estudiante hoy tiene una posición importante dentro de una empresa transnacional. Este entrenador en jefe sabía exigir y era muy duro incluso con nosotros los directivos, pero en ese momento entendí que también sabía en qué momento alentar y dar palmadas en los hombros. Si en ese instante le hubiera recriminando como la mayoría lo hubiera hecho, y créanme he visto a muchos líderes así, tanto el trabajo realizado como el espíritu del equipo se hubieran venido abajo y sería más difícil para lo que seguiría. Perdimos un campeonato y nos sentíamos muy tristes, pero posteriormente todos percibimos la influencia de este líder manifestando el compromiso de seguir adelante, superarlo, levantarnos y continuar, así que en la siguiente reunión con todo el equipo de trabajo transmitimos un mensaje de aprendizaje, confianza, mejoras y compromiso de trabajar para estar nuevamente entre los mejores.
Relacionando esta historia deportiva con el mundo laboral, me queda claro que dar aliento y ánimo es como regularmente se ganan juegos, además se logran resultados positivos, pero lo más importante es que cuando nos sentimos empoderados y con confianza damos lo mejor. Cuando contamos con colaboradores o compañeros que sea cual sea la situación inyectan ánimo, a corto o mediano plazo se convierte en una parte esencial y sí no es en el resultado esperado, sí se logra algo más importante como en este joven, y no dudo también en todos los que formaron parte de ese equipo representativo, siendo hoy personas exitosas y destacadas en el ámbito personal, familiar y laboral. El Coach “K”, exitoso entrenador de baloncesto colegial en la Univerdad de Duke, menciona que un líder debe tener la habilidad de saber alentar para que una situación negativa se convierta en un gran reto y logro positivo.
Por último, quiero transmitirles que el alentar y animar a cada persona que esté cerca, o de la que tengamos cualquier tipo de influencia, hace una diferencia que también es función en un líder, y me refiero a en todo momento compartir un propósito elevado, objetivo y noble que es hacer crecer a las personas empoderándolas, otorgándoles confianza, motivándolas para que sean mejores, desarrollen carácter, se sientan seguros de trabajar en equipo y tomen decisiones aún estando bajo presión o en situaciones complicadas.
“No permito que un error o un partido perdido se conviertan
en un caos; aprendo, aliento y motivo para seguir trabajando…”
Coach K
El autor es un apasionado de la academia, emprendimiento, liderazgo y actividades cocurriculares.
@linas_alex