La Paciencia

La autora es Psicoterapeuta.

Proviene del latin pati, que significa sufrir, el participio patiens se introdujo al castellano como paciente o el que sufre, es la capacidad de tolerar desgracias y soportar adversidades o cosas molestas u ofensivas con fortaleza sin quejarse ni rebelarse.

Definitivamente una virtud, que al poseerla en las diferentes esferas de nuestra vida nos resuelve un buen número de complicaciones en lo relacionado a la vida diaria, en nuestra relación con los demás y con uno mismo. En la vida ajetreada que se vive en la actualidad, donde la inmediatez de la respuesta es una de las demandas más solicitadas para las tareas  diarias, la tecnología en su evolución ha contribuido a que los tiempos de espera se acorten, y lo hemos trasladado a lo emocional, ya que se espera que cualquier emoción o sentimiento que es desagradable o doloroso

desaparezca en poco tiempo, esta virtud puede confundirse con indiferencia ya que ante una circunstancia donde se espera una respuesta impulsiva o en descontrol se responde con mesura y  tranquilidad ya que hubo una valoración para lo que se considera que merece o no mayor atención o alguna discusión.

La paciencia al ser una virtud que se desarrolla conlleva un profundo trabajo personal cargado de conocimiento de los recursos y limitaciones que se poseen, en el trabajo diario de la psicoterapia es frecuente observar y acompañar a las personas que entran en conflicto con la pareja, hijos, amigos, compañeros de trabajo, y hasta consigo mismo, al tratarse de los demás las conductas de estos, o decisiones con las que no se comulga y que se valoran con un mal pronóstico, se busca influir, queriendo con ello ayudar a estos a encontrar las que se consideran mejores soluciones, por lo que es importante comprender que cada uno tiene su propio proceso de aprendizaje y nos toca solo contemplar, así es, como el día que a través de una ventana miras caer la lluvia sin poder hacer más.

La paciencia cuando nos toca aplicarla a nuestras vidas conlleva a una introspección que nos permite transitar por el desagrado de algún evento o situación por ejemplo la recuperación tanto de

salud física como emocional, cuando se encuentra dentro de nosotros la decisión de aceptar que se requiere no solo de tiempo sino de amor para que todo esto cobre sentido teniendo que resignificar que la paciencia no es pasiva al contrario es fortaleza concentrada (Bruce Lee).

Es interesante la respuesta que puedas dar cuando te respondas ¿a qué? o ¿a quién le tienes paciencia? Y ¿a qué o quiénes se las has perdido? Podrás encontrar respuestas que te justifiquen o que te hagan encontrar un límite personal que aprendiste que era sano para ti.

Al ser una virtud que podemos aprender a desarrollar, tenemos en la vida diaria modelos vivos, como el agricultor que desde el momento que planea su cosecha, prepara su tierra y siembra sin

apresurar a la semilla a dar el fruto esperado, parece ilógico cuando se ve desde allí el querer que esta madurez en la inmediatez, pero si analizamos las veces que hemos caído en esa jugada, nos daremos cuenta lo que nos falta aprender

Cuando las cosas salen mal  como a veces suelen pasar, quedarse a pensar en los hubiera, no es lo más adecuado porque desperdicias energía y tiempo para empezar una nueva tarea aunque sea la misma, no eres el mismo de la primera vez, y si no lo crees observa a los pájaros cuando una tormenta o una pedrada destruye su nido, este lo vuelve a construir, ¿Has visto una madre cuando su hijo está enfermo y le da la primera dosis de medicamento y espera la mejoría de este a través de los  días? esa se llama paciencia y tiene como hermana a la esperanza.

Aprende a ser paciente. Identifica que te hace perder la paciencia, seguramente encontraras un poco de ello en ti. Reconocer que no se puede tener el control de todo aun cuando pareciera una tentadora condición, ¿qué sería del mundo si así fuera?, encuentra dentro de ti la respuesta al manejo de la ansiedad que despierta la impaciencia, alguna tarea que te divierta, distraiga o disfrutes, verás como todo ello se transforma a tu favor, descubrirás que la inmediatez no siempre es la mejor respuesta.

A la paciencia la viste el tiempo a veces con ropa de gala otras veces con harapos pero nunca está desnuda porque en cada acto el amor la protege. Perder la paciencia es perder la batalla  Mahatma Gandhi).

La autora es Psicoterapeuta.

veroballesterosvega@hotmail.com