La fábrica de cuentos

En mi pequeño taller suceden cosas grandes. Ahí elaboro cuentos cortos y los complemento con ilustraciones. Mi suelo se viste de migajas de colores y puntillas rotas. Las hojas se llenan de garabatos y bosquejos, y mi mente fluye a todo color con cada historia.

De algún modo, en “La fábrica de cuentos” se crean sueños…Cuando las personas me comparten brevemente sus vivencias, plasmo a puño y letra sus emociones, y capto con alguno de mis sentidos su sentir. Los relatos que me cuentan se convierten historias en donde las niñas se vuelven hadas, mariposas, flores. Los niños son marineros o piratas, dragones o guerreros. Los abuelos despiertan sus infancias, los jóvenes reconocen su valor. Los padres se dan cuenta del legado que están dejando, que resumo en mis cuentos con mi estilo propio de escritura y dibujos con técnicas de pastel, prisma o acuarela a todo color. Al leerlos, en una fusión, todos se vuelven niños. Así, cada uno, encuentra en los personajes su sentido de vida y sus ideales, derrotan sus miedos o vuelven a creer en sí mismos.

Creo, que, a través de un cuento, cualquiera puede imaginar que es posible alcanzar las estrellas. Creo que el “hacer por donde” para que uno pueda volar con la imaginación, es el primer motor para encontrar soluciones en la vida. La lectura fomenta la creatividad. Por eso creo en los cuentos infantiles, en la lectura en general. Pienso que hoy mas que nunca, entre tanta distracción tecnológica que nos envuelve, hemos perdido la capacidad de asombro, y en una lectura podemos descubrirla de nuevo. Por eso, mis cuentos son fantasía y realidad. Historias reales con un toque de magia para que “ese niño” que todos somos, sienta el rayo del sol, el aroma a vainilla, o bien, pisen charcos que se vuelven mares o toquen lunas de terciopelo.

En un principio, iban dirigidos a niños, pero luego, los protagonistas fueron abuelos, novias, padres o madres quienes me pedían dejar plasmadas sus historias. Este mes de noviembre, cumplo mi primer año con este proyecto, y lo que más he ganado con esto es ver que cuando el cuento es leído por esa persona a quien va dirigido, sus ojos brillan y su corazón se ensancha. Eso es lo mas gratificante. Sus memorias se sacuden y reviven. Y entonces, se dan cuenta del valor de lo que han hecho en sus vidas o de quienes están a su lado. Se ríen, lloran, se imaginan, reconocen que los años pasan, y en el cuento que reciben, aprecian con cariño el contenido, pues no es mas que sus vidas propias, ¿cómo no las van a querer?

Por eso, agradezco a quienes en mi creyeron y me relataron trozos de sus vidas para que La Fábrica de Cuentos arrancara con títulos como: Pajarita de Oro; Trocitos; Matarile; Todas las estrellas escucharon; La abundancia de la alegría; Polvito de Azúcar; Ríe Fuerte; Cuando canten los chanates; Manos en Alto; Bombones de a montón; A la bio a la bao; Pollito chicken; Cisne, mariposa y porcelana en pedestal; La risa se va conmigo; Zapatito blanco; Ojos de sapo patas de rana; Mil estrellas sobre el mar; Me quiere si me quiere; Cuenta las estrellas; Papalote de amor; Mi vida entera; Todos para uno y uno para todos …como los primeros ejemplares. Para el cierre de año entregaré otros tantos libros impresos, de los que luego les platicaré. Sigo a sus órdenes con este proyecto para todos aquellos que quieran dejar una memoria para siempre con uno de mis cuentos ilustrados.

Con cariño, Lirio Ayala, La Fábrica de Cuentos.

La autora es arquitecta, escritora, ilustradora y creadora de La Fábrica de Cuentos.

Cuentos Personalizados.

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