La cola es la felicidad. A lo que te resistes, persiste

El autor es escritor, capacitador, conferencista y Life Coach en SB3.

Cuentan que cierta vez un gato grande vio cómo un gatito pequeño trataba de pescarse la cola, y le preguntó: "¿Por qué tratas de pescarte la cola de esa manera?". El gatito respondió: "He aprendido que lo mejor para un gato es la felicidad, y que la felicidad es mi cola. Por eso la persigo y trato de pescármela. Cuando por fin la pesque, habré logrado la felicidad". A lo que el gato viejo le dijo: "Hijo mío, yo también le he prestado atención a los problemas del universo, y también pienso que mi cola es la felicidad. Pero me he dado cuenta de que, cuando la persigo, se me escapa, y cuando voy haciendo lo que tengo que hacer, ella viene detrás mío por donde quiera que vaya".

La "cola del gato" bien podría referirse a la felicidad, a la auto-aceptación, al liderazgo, a la influencia o al amor. Solemos forzar para que esas cosas funcionen, pero no se pueden forzar, se tienen que dar. Dicen que a lo que te resistes, persiste, y en este caso esa frase aplica. También existe la "curiosa paradoja" que dice que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar.

¿Por qué fracasamos al querer forzar lo antes mencionado? Porque al forcejear, nuestro enfoque está en la carencia. Y como en lo que te enfocas se expande, y en lo que no, se debilita por la falta de atención, pues es fácil ver por qué fracasamos y nos frustramos al intentarlo.

Un ejemplo de esto es algo que estoy seguro que te pasó, o al menos conociste a alguien que le sucedió. En algún momento de tu vida no tuviste pareja y te desesperaste porque no podías conseguir. Y cuando por fin conseguiste, ¡te salieron pretendientes(as) por todas partes!

Quizás pensaste, ¿dónde estaban todo el tiempo que viví desesperado(a)? Bueno, cuando no tenías pareja te enfocabas en "por qué no puedo conseguir pareja", y cómo la mente siempre te responderá lo que le preguntes, te daba todos los motivos por los que no podías, por lo que el enfoque siempre estaba en ellos y, como querías forzar consciente o inconscientemente, la "cola" siempre huía de ti.

Cuando conseguiste pareja, la pregunta desapareció, dejaste de querer forzar, empezaste a vivir, y ahora la "cola" fue tras de ti.

¿Cuántas cosas podrás estar forzando en estos momentos, consciente o inconscientemente, que se están resistiendo a que las tengas?

Te daré un tip: Una manera de dejar de forzar, es empezar a ser una persona agradecida. Dicen que las personas son agraciadas por agradecidas, y eso es porque la gratitud es parte de la aceptación que, como ya vimos en la curiosa paradoja, sólo cuando nos aceptamos, podemos cambiar. O, dicho de otra manera, sólo cuando dejamos de forzar, podemos conseguir.

 

El autor es escritor, capacitador, conferencista y Life Coach en SB3.

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